
Necesita pactar para Gobernar y tiende la mano a la derecha nacionalista y los ultraortodoxos
El partido del primer ministro Benjamín Netanyahu, el derechista Likud, ha ganado las elecciones legislativas en Israel con una ventaja de cinco escaños sobre su principal rival, la coalición de centro izquierda Campo Sionista liderada por Isaac Herzog.
Los 29 escaños del Likud le sitúan lejos de los 61 que le proporcionarían la mayoría absoluta, pero le dan suficiente ventaja para iniciar los contactos para la formación de un gobierno de coalición. El resultado, que los medios israelíes califican de «gran victoria» para Netanyahu, contradice la predicción de los sondeos a pie de urna, que el martes hablaban de empate técnico.
Con el recuento finalizado, el resto de escaños se reparten entre la Liga Común Árabe, con 14; el centrista Yesh Atid, con 11; la centro-derecha de Kulanu, 10 escaños; los ultranacionalistas de Hogar Judío (8) e Israel Beitenu (6); el Shas, de los ortodoxos sefardíes, con seis, y el Judaísmo Unido de la Torá, askenazí, con siete; y los cinco escaños de los socialdemócratas pacifistas Méretz.
La segunda formación ultraortodoxa sefardí Yahad, escindida del Shas el año pasado bajo el mando del exministro Eli Yishai, se ha quedado fuera del Parlamento, lo que supone un duro golpe para esta comunidad que pierde a cinco representantes respecto a la pasada legislatura.
Netanyahu aboga por un gobierno «fuerte» con la derecha
Netanyahu ha celebrado la victoria en Tel Aviv y ha abogado por la formación de un gobierno «fuerte» que aglutine a todas los partidos de derechas. El líder del Likud ha reiterado lo que dijo durante la campaña: que no tenderá la mano a Campo Sionista.
«No hay ningún puente que nos una», ha subrayado Netanyahu, quien ha añadido que «si hubiera un gobierno de izquierdas, este sería dependiente de la Lista Común», la coalición de tres partidos árabes que han concurrido por primera vez juntos a las elecciones y que, al convertirse en la tercera fuerza, puede ser clave en esta legislatura.
´Los líderes políticos de la derecha han mantenido la prudencia. Moshé Kahlón, cabeza de cartel del centrista Kulanu, se ha negado a revelar si apoyará a Netanyahu. «Cuando vaya ante el jefe del Estado – ha dicho Kahlón a medios locales – recomendaré a cualquier candidato que opte por una vía social».
Por su parte, Herzog y su compañera de coalición, la exministra Tzipi Livni, han reconocido la victoria de su rival y han asegurado que mantendrán su unión en el Parlamento. «Dirigiremos y lucharemos en el Parlamento junto a nuestros socios en este camino [para defender] los valores en los que creemos», han manifestado en un comunicado.