La vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha salido al paso de los afectados por la enfermedad de hepatitis C asegurando que esta enfermedad no está «supeditada a causas económicas” y que ya han desarrollado «plan estratégico».
Loable sea la medida y decisión «estratégica» en beneficio de estos enfermos.
2014 fue año electoral y 2015 electoral no, electoralísimo. El «plan estratégico» encaminado a dar solución a estos pacientes llegan al final de legislatura y al rebufo de los acontecimientos, de Podemos, de la marcha convocada para hoy a la Moncloa pidiendo a Rajoy que el tratamiento no se supedite al dinero y a la denuncia interpuesta a la anterior ministra Ana Mato (ya dimitida a consecuencia de su relación en el caso Gürtel).
Las decisiones del gobierno quedan al albur de la respuesta pública y sus consecuencias. El tratamiento de la hepatitis C lleva tiempo y tiempo, años, en la palestra de sanidad, sin dar solución a la misma. Dejando a los pacientes olvidados en su enfermedad. Sólo cuando Podemos ha tomado las riendas de apoyo a estos enfermos, es cuando el gobierno dice que va actuar. Ya no es un problema entre ministros o de inacción gubernamental.
Sea como fuere, el tratamiento y los enfermos están allí y es lamentable que éstos queden supeditados a «bienes», réditos y beneficios político-electorales y económicos.
Directora NI