Desde la primera edición de 1970, el maratón de Nueva York ha logrado convertirse en el más popular de todos los que se corren alrededor del mundo en la que lograr dorsal ya es un premio
El Maratón de Nueva York es un maratón de 42,195 kilómetros de trayecto que se celebra cada año, desde 1970 en las calles de la ciudad norteamericana de Nueva York. Es integrante de los World Marathon Majors, una competición que agrupa los seis maratones más importantes del mundo (Londres, Chicago, Boston, Berlín, Tokio además de Nueva York).
La salida del Maratón de Nueva York se da en Staten Island, justo en la entrada del puente de Verrazano, que cruza la bahía y conecta con Brooklyn. Desde aquí el circuito pasa por todo Brooklyn y Queens hasta llegar a Queensboro Bridge, que es donde se cruza el East River y nos adentramos en Manhattan, ya en la milla 16. En Manhattan comenzamos a subir por la Primera Avenida, por una pequeña zona de colinas que hacen bastante dura esta parte, para llegar al Bronx, hacer una milla por este distrito, cruzar un par de puentes y comenzar a bajar por la Quinta Avenida hasta Central Park, donde nos adentramos durante una milla, salimos otra vez a la Quinta Avenida por el hotel Plaza y ya en Columbus Circle nos volvemos a adentrar en Central Park para afrontar el último kilómetro y llegar a la mítica meta en Tavern on the Green.
Desde la primera edición de 1970, el maratón de Nueva York ha logrado convertirse en el más popular de todos los que se corren alrededor del mundo. Se ha celebrado ininterrumpidamente el primer domingo de noviembre con una sola excepción: en 2012. Los devastadores efectos del huracán Sandy, una semana antes, obligaron a los organizadores a cancelar la carrera prevista para el día 4 a fin de no distraer recursos municipales de las tareas de reconstrucción.
No es el más antiguo -Boston le precede en 73 años-, ni el que depara mejores marcas -su récord ocupa el puesto 29 en el ránking histórico-, pero el maratón de Nueva York, premio Príncipe de Asturias de Deportes 2014, esgrime el peso aplastante de sus 50.000 corredores para erigirse en la carrera más popular del universo.
A lo largo de sus 44 años de historia, el maratón neoyorquino se ha convertido en la prueba más apetecida por el corredor popular, de tal forma que la obtención de un dorsal, al cabo de un complejo sistema de sorteos y marcas mínimas, constituye un premio en sí mismo para cualquiera. El año pasado fueron 50.304 los afortunados que regresaron a casa con la satisfacción de haber formado parte del maratón más popular del mundo, uno de los cinco «Grandes», junto con Boston, Chicago, Londres y Berlín.
El maratón de Nueva York fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el año 2014.
El Rey Felipe VI entregó la semana pasada el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes al Maratón de Nueva York, la carrera «más popular de cuantas se celebran en el mundo, es un ejemplo de convivencia pacífica y de unidad».
En nombre del maratón de la Gran Manzana recogieron el galardón en el teatro Campoamor de Oviedo Mary Wittenberg, presidenta y directora ejecutiva de Nueva York Road Runners; su compañero y fundador de la carrera George Hirsch, la keniana Tegla Loroupe, que en 1994 se convirtió en la primera mujer africana en ganar la prueba, y el mexicano Germán Silva, que ganó la prueba dos veces consecutivas, en 1994 y 1995.
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