Una niña de tres años de edad que había sido declarada clínicamente muerta por los médicos se despertó en su funeral.
La pequeña, de Zamboanga, al sur de las Filipinas, debía ser enterrada a la mañana siguiente tras un servicio fúnebre en Aurora. Un pariente retiró la tapa del pequeño ataúd para ver por última vez su cuerpo y se dio cuenta de que la pequeña movía la cabeza.
La niña, que no ha sido identificada, tenía pulso y respiraba, a pesar de haber sido dada por fallecida esa misma mañana. La pequeña había sufrido fiebre muy elevada durante varios días y fue llevada a una clínica médica el sábado pasado. «El personal de la clínica y el médico confirmaron que la paciente no tenía más pulso y la dieron por clínicamente muerta», explica el inspector de policía Heidil Teelan.
El hospital le dijo a la familia de llevarse el cuerpo de la niña a casa y prepararse para un servicio funerario, relata el Philippine Star. Hasta que a uno de los familiares le dio por levantar la tapa del pequeño ataúd. «Fue lo que confirmó que la niña tenía pulso y estaba viva. Realmente no podemos confirmar el estado de salud actual de la niña, pero en base a la observación de los agentes de policía la niña estaría en estado de coma», agrega Teelan. La familia quiere que la niña sea trasladada ahora a un hospital mejor.
