Tumba donde reposan los restos de los siete fallecidos rescatados del hundimiento del vapor-correo Carlos de Eizaguirre. EFE
La embajada española en Sudáfrica homenajeó hoy en Ciudad del Cabo a los 134 españoles fallecidos en el hundimiento del vapor-correo «Carlos de Eizaguirre, que naufragó el 26 de mayo de 1917 al colisionar con una mina alemana.
Los actos conmemorativos comenzaron en el cementerio de Maitland, donde reposan los restos de los único siete fallecidos cuyos cadáveres pudieron ser recuperados, y contaron con la participación, junto a las autoridades españolas y locales, de familiares de las víctimas y de los supervivientes.
El «Carlos de Eizaguirre» era propiedad de la Compañía Transatlántica y cubría, bajo bandera española y con escala en Cádiz, la ruta regular de pasajeros entre Barcelona y Manila.
Francisco González Vega tenía 19 años cuando el barco impactó con una de las minas navales a la deriva sembradas por uno de los navíos que tomaban parte en las operaciones bélicas alemanas en el sur de África durante la I Guerra Mundial (1914-1918).
El santanderino viajaba por primera vez a Filipinas para trabajar en una hacienda, y tras pasar un mes a cargo de las autoridades locales en Ciudad del Cabo prosiguió su ruta hacia Asia para incorporarse a su nuevo empleo como tenía previsto.
González Vega falleció en 1972, a los 75 años de edad, en Filipinas, donde se había quedado a vivir y se casó.
Tras la ofrenda de flores y el minuto de silencio que se ha guardado por los fallecidos en el cementerio, las ceremonias han continuado en el emblemático Waterfront de Ciudad del Cabo, donde el embajador de España, Juan Sell, ha descubierto una placa de recuerdo a los pasajeros y tripulantes del Eizaguirre.
Más tarde, en el viejo puerto de la ciudad, los descendientes han arrojado al mar coronas de flores.
Salvas de cañón en honor a los españoles muertos en esta punta de África han puesto fin a la hora del crepúsculo a la jornada conmemorativa. EFE
