El Gobierno tirará de impuestos ambientales y de la tasa a bebidas azucaradas si ve «algún riesgo de desviación» del objetivo de déficit del 3,1 % comprometido para este año.
Según consta en el Programa de Estabilidad 2017-2020, si a lo largo del ejercicio se viese «algún riesgo de desviación del objetivo» se adoptarían medidas ya comprometidas en el proyecto presupuestario remitido en diciembre a Europa, «en concreto los impuestos medioambientales y el impuesto sobre las bebidas azucaradas, por importe de 300 y 200 millones, respectivamente».