Ayer se cumplía un año del confinamiento domiciliario para todos los ciudadanos de 3 meses, que paró y sufrió este España, dentro de un primer estado de alarma decretado por el Gobierno de Sanchez. Una alarma que, de nuevo, decretó en octubre y todavía padecemos.
Desde enero de 2020, cuando Sánchez tomó posesión como presidente y conformó y formó el gobierno PSOE-Podemos, socialista-comunista, se ha gobernado dentro de un estado de alarma (excluyendo el verano). Con poder absoluto. Y ahora nos asombra, queriendo prorrogar este estado de alarma en mayo, por una cuarta ola -dicen-.
Han pasado muchas cosas, ninguna de ellas positiva. El gobierno lo ha hecho mal, aunque no tiene visos de cambiar.
Todos quietos en casa, nosotros, los españoles. El resto, puede venir, turistas, inmigrantes ilegales y demás. ¿Alguien lo entiende?
No es de extrañar que a la señora Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, destaque por su buena gestión, claridad y buen hacer. La única que, con razones y acierto, se ha opuesto con firmeza a este gobierno y este continuo despropósito.