
Si el presidente, Pedro Sánchez, se dedicaba a alabar la desastrosa gestión de un gobierno socialista/comunista en su mensaje de fin de año, la socialista/nacionalista vasca, presidenta de Navarra, María Chivite, practicaba, también, el autobombo y alababa, una vez más, la gestión de su gobierno.
Un gobierno, por cierto, sustentado por EH Bildu y Otegui que ahora ya exige la incorporación de la Comunidad Foral de Navarra a la «república vasca confederal», esto es, una hipotética unión de Navarra con el País Vasco.
Cómo se puede practicar el autobombo cuando la gestión ha convertido a Navarra en un despropósito sanitario, en una gestión que olvida a más del 40% de los navarros, sí, aquellos, que no votaron a Chivite y a sus acólitos, por citar dos ejemplos representativos.
Navarra y España sufren, padecen una gestión, que vive solo para mantener en el poder a un partido, el partido socialista. Un partido que, lamentablemente, va hacia el cambio de sistema de estado, económico, social y cultural.