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La Universidad de Navarra otorga la Medalla de Plata al profesor y sacerdote Juan Antonio Gil Tamayo cuando se conmemora el primer año de su fallecimiento
«Fidelidad, servicio y alegría, tres palabras que sintetizan bien el ministerio de un sacerdote ejemplar, formador de sacerdotes y orfebre de vocaciones”. Así lo afirmó el rector del Seminario Internacional Bidasoa, Juan Alonso, refiriéndose al sacerdote y profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Juan Antonio Gil Tamayo.
Sus palabras se enmarcan en el homenaje In Memoriam celebrado con motivo del primer aniversario de su fallecimiento.
En el acto, que estuvo presidido por el rector de la Universidad, Alfonso Sánchez-Tabernero, intervinieron también el decano de la Facultad de Teología, Gregorio Guitián; el profesor Marcelo Merino, director de Tesis del profesor Gil Tamayo; y su hermano Mons. José María Gil Tamayo, obispo de Ávila, en nombre de toda su familia.
El rector del Seminario Internacional Bidasoa, donde Juan Antonio era formador de futuros sacerdotes, expuso algunos recuerdos y anécdotas de su vida. Destacó su lealtad, su carisma, su discreción, su inteligencia, su simpatía, su optimismo y su don de consejo: “Sabía exigir con fortaleza y con cariño al mismo tiempo. Asimismo, sabía conjugar los grandes ideales con los detalles cotidianos, aparentemente pequeños e insignificantes”.
Afirmó que “evocar el perfil sacerdotal de don Juan Antonio es ver hecho realidad el sueño de San Josemaría para los sacerdotes: ser sacerdotes-sacerdotes, sacerdotes cien por cien”. Hizo hincapié en su profunda creencia en la libertad y señaló que “más que mandar aconsejaba, y más que imponer, proponía”. Recordó que su autoridad venía de la confianza y el cariño que transmitía y destacó su tesón por celebrar la eucaristía, incluso en los momentos más duros de su enfermedad.
El profesor Marcelo Merino hizo un recorrido por su trayectoria académica, desde su llegada a Pamplona con 17 años para estudiar el último curso escolar en el Colegio Irabia, hasta sus últimas publicaciones científicas. Ensalzó su capacidad intelectual y su gran dedicación a la Facultad de Teología, en especial su labor como subdirector de la revista Scripta Theologica y su eficiencia como director de Estudios.
El rector ensalza su espíritu de aventura y servicio, y su máxima exigencia profesional
Durante el homenaje a título póstumo, el rector de la Universidad, Alfonso Sánchez-Tabernero hizo entrega a sus familiares de la Medalla de Plata, con la que reconoce la labor que el profesor Gil Tamayo desempeñó durante 25 años en la institución.
Diego Gil Tamayo, hermano de Juan Antonio, visiblemente emocionado, recogió la Medalla ante un intenso aplauso de los participantes: profesores, alumnos y personal de distintos servicios del centro académico. Posteriormente, Mons. José María Gil Tamayo agradeció el reconocimiento a la Universidad y al Seminario Internacional Bidasoa, así como al Colegio Irabia de Pamplona, al Opus Dei y a toda la Iglesia Navarra, donde su hermano se formó y “dejó su huella de santidad”.
Sánchez-Tabernero clausuró el acto In Memoriam destacando tres características de su personalidad. Se refirió a su espíritu de aventura, humana y sobrenatural; a su afán de servicio; y a su máxima exigencia profesional, “requisito indispensable para servir a los demás y para la santidad”.