Antonio de la Torre
Aunque algunos lo suponíamos y veníamos insistiendo en ello para no llegar al escenario que hiciera posible la suma parlamentaria de los enemigos de España, y repetíamos por activa y por pasiva, con sentido de Estado, que «Votar a VOX era votar a Sánchez» por el nocivo del reparto de votos y su menor valor según de qué provincias se trate o la sobreponderación de los nacionalismos que la nefasta Ley Electoral propicia, como desgraciadamente se ha comprobado tras las elecciones, pocos pensábamos que fuera tan rápida, un mes hace de la toma de posesión del multigobierno desgajado -que no de coalición-. Pero la materialización de algunas de las líneas de actuación esperadas y, sobre todo, las consecuencias de su aplicación, ya se empiezan a notar en todos los órdenes. Es lo que suele hacer «muy bien» la izquierda que, cuando llega, arrasa. Recordemos la abrupta aparición de José Luis Rodríguez desde Atocha y su derogación inmediata de la LOCE y del Plan Hidrológico Nacional o la retirada de las tropas de Irak, por citar sólo algunas de sus primeras decisiones.
Cuando después de la «urgencia» del doctor Plagio cum Fraude de convocar el debate de investidura el día de la Cabalgata de Reyes Magos, el ser más farsante y prepotente que haya visto el Palacio de la Moncloa decidió posponer una semana el reparto ministerial y sus ocupantes, no dejaron de sucederse despropósitos de toda índole, cuyos efectos no tardaron en dar sus podridos «frutos». Primero, la precipitada subida por real decreto del SMI para 2019, empeoró el efecto de la que siete meses después de llegar perpetró el susodicho desde los 735’90€ del PP hasta los 900€/mes -un 22’30%- y estrenó su nuevo mandato con otro regalo de 50€ -un 5’56% más, cuando el IPC no llegó al 1%- que ya está haciendo efecto en la «creación negativa» de empleo -como les gusta decir- y frena posibles inversiones empresariales por el mayor coste laboral. La prueba, el peor Enero de los últimos siete años, es decir desde que todavía no habíamos salido de la crisis económica que nos dejó su antecesor socialista, sube un 3’8% el gasto y baja al 1’6% el crecimiento del 1’8% anterior previsto. Dirán que la casi aprobada ley de eutanasia mejorará la caja de las pensiones, algo es algo.
No menos destacable y de consecuencias todavía no cuantificables, pero de enorme repercusión internacional, fue la «visita», que «no lo era», pero sí, «sin pisar suelo español», pero pasando por la terminal y la sala de reuniones -no sabemos si en volandas-, sobre la que el protagonista, José Luis Ábalos, no está claro si en su faceta de Maestro Ciruela pardillo, o de aspirante a «zorrete», pillado con el carrito del helado, ha dado casi una docena de versiones, todas contradictorias y que no convencen a nadie, aunque no llega a superar en lo de mentir a su jefe, «donde hay patrón no manda marinero». Lo cierto es que entre la «visita oficial» del día de Reyes -a las 08:00 a.m., una hora muy apropiada en día festivo- de la encargada de negocios española a la embajada de México en Bolivia, acompañada de policías nacionales encapuchados, y envuelta en no pocos misterios; la reunión «encuentro casual» en Barajas, a bordo de un avión privado con una carga misteriosa camino de Oriente, de madrugada -¿a quién no le ha pasado algo similar un domingo?-; los viajes del «tonto viajado», como el periodista peruano Jaime Bayly definió hace pocos días a ZParo -«abogado del chavismo» lo llama la oposición venezolana-, que amplía a 39 sus viajes a Venezuela, aunque en esta ocasión el gobierno se apresuró a decir que «Viajó como ciudadano particular», en una especie de precipitada «excusatio non petita…», que ya sabemos cómo sigue; la negativa de los parlamentarios europeos de PSOE y Podemos -socios de gobierno- a que se debata este asunto en Estrasburgo, aunque la propuesta del diputado de Ciudadanos Jordi Cañas se debatirá gracias al voto favorable del Grupo Popular Europeo; el conato de amenaza a Estados Unidos sobre las bases americanas en España –Donald Trump «tiembla» desde entonces-; la presunta financiación de dirigentes de Podemos y otros despropósitos de este incipiente y nefasto desgobierno español, ponen en tela de juicio el ya deteriorado papel internacional de España, puesto de manifiesto en Europa con la «bofetada» que Emmanuel Macron y Angela Merkel le acaban de dar a Falconeti al vertebrar el nuevo eje europeo con Polonia -París, Berlín, Varsovia- tras la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea por el BREXIT y ya veremos con qué alcance en USA, donde la D.E.A. –Drug Enforcement Administration (Administración para el Control de Drogas)- acota responsabilidades de no pocos políticos españoles, algunos en el gobierno y otros de pasados gobiernos o en destacadas formaciones políticas, que ya veremos hasta donde llega, que llegará, porque los norteamericanos no se andan por las ramas. Eliott Abrams, representante del Departamento para asuntos de Venezuela, ha dejado caer su «preocupación» por la reunión entre Ábalos y la vicepresidente Delcy Rodríguez en Barajas, sobre la que ha dicho que «Parece una violación de sanciones europeas».
Y por si faltaba algo en el «pastel», Sánchez pone la «guinda» y añade a su socio preferente a la mesa bilateral de negociación con los separatistas -con el que «no podría dormir tranquilo si lo tuviera en el gobierno»-. Menudo carrerón el del proletario «vallecano»: «cacerolero» en Génova 13 el 13M, tras el golpe de Atocha con 192 muertos, «sustituto» de interino en la Complutense; acampado del 15M en la Puerta del Sol y «rodea el Congreso»; europarlamentario unos meses; «disputado» parlamentario en 2015; cambio de «favorita»; escaño repetido en 2016; casoplón en Galapagar de precio y pago cuando menos dudosos -para estar «más cerca de la calle», que criticaba a «los que viven en chalets»-; vicepresidente nepotista del «copista» distinguido; «aplaudidor» -flojito, eso sí- del Rey (como «buen republicano») en la apertura solemne de la decimocuarta legislatura -primera frentepopulista, tras el intento fallido de la decimotercera (la maldición del 13 para supersticiosos)- y, para rematar, por ahora, «mediador» -¿será el tan manido «relator» que los independentistas querían?- con el condenado e inhabilitado golpista, el «molt miserable» Quím Torra, al que el jefe de la banda trata como presidente de la Generalidad, desoyendo al Supremo.
Mientras, otra de las «intelectuales» del equipazo del viajero «gratis total», Adriana Lastra, anticipa que «el nuevo Código Penal incluirá como delito la exaltación del franquismo». Ya veremos qué consideran estos sectarios «exaltación del franquismo», que no andará muy lejos de la simple cita de algunos hechos objetivos del Caudillo, como ganar la Guerra Civil al frente popular; inaugurar «unos cuantos» embalses, que hoy abastecen zonas en las que los periodos de sequía harían estragos; acabar prácticamente con el analfabetismo en España o crear el Patronato de Protección a la Mujer, cuya «defensa» se atribuyen los «progres» con su sectaria y sesgada LVG. Un viajero que, por cierto, oculta, con la ayuda de la «Abogacía de SU estado«, los gastos de sus desplazamientos, privados o no, en el Falcon y demás medios que paga ese dinero público que «no es de nadie», haciendo lo contrario a lo que decía Abraham Lincoln: «No puedes ayudar a los pobres destruyendo a los ricos ni fortalecer al débil debilitando al fuerte». Lo que no pensaba el decimosexto Presidente de los Estados Unidos es que estos iban a ser «alumnos aventajados» y se aplicarían al pie de la letra su frase para ellos, cambiando el artículo determinado «los» por el indeterminado «unos«, ellos.
En fin, hay tema, mientras la Sociedad Civil reacciona y se consigue el España Suma que propone este Partido Popular y, como dice la Ley de Murphy, «cualquier situación mala es susceptible de empeorar», así que, a «atarse los machos», que dirían los taurómacos, que tan poco gustan al socio.
Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión
