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Un olvido imperdonable

Pantone ha elegido el color azul clásico (Classic Blue 19-4052) como color del año 2020 y lo definen atemporal, duradero y elegante y que transmite paz, tranquilidad y confianza. En ingles la expresión ”sentirse azul” expresa tristeza. De alguna manera empiezo el año así y no porque sea un año más viejo, ni porque el lunes 20 sea el día más triste del año.

2020 viene cargado de conmemoraciones y aniversario, comenzamos con el octogésimo concierto de Año Nuevo de la filarmónica de Viena, en donde homenajeaba a Josef Strauss en el 150 aniversario de su muerte y a Ludwig van Beethoven por el 250 aniversario de su nacimiento, que son este año.

Otra efeméride, es el 250aniversario del nacimiento de Hegel, “inventor” del método de la dialéctica y cuyo pensamiento influyo en Marx, Kierkegaard y Nietzsche y en los más recientes Heidegger y Sartre. JH Stirling lo admiró mientras que Schopenhauer lo denigró. En su obra busca la conciliación del individuo y el Estado y la obligación de éste con el cuidado de los recursos para nuevas generaciones. También decía que el hombre vale porque es hombre y no por ser de un determinado sitio o tener una religión concreta.

Sin embargo, está pasando casi desapercibido el bicentenario del pronunciamiento del teniente coronel Rafael del Riego al grito de ¡Viva la Constitución! en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan, el 1 de enero, con ello se iniciaba el llamado Trienio Liberal, sustituyéndose el Antiguo Régimen (monarquía absolutista de Fernando VII, “El Felón”) por una monarquía constitucional liberal.

El nuevo régimen acabo con la intervención de los 100.000 Hijos de San Luis, la restauración del absolutismo que inicio la Década Ominosa, y que concluyó con la primera guerra carlista.

No sé si este olvido casi generalizado se debe a un desconocimiento de nuestra historia, fruto de la ignorancia, por ello doy las gracias a mis profesores de letras que consiguieron que este aprendiz de científico se interesase también por las humanidades. A la vez que a las conversaciones con mi tío Roberto, fallecido el pasado agosto, y que me iniciaron a profundizar en el complejo siglo XIX, que nos ayuda a comprender lo que los españoles somos en el XXI.

En gran parte este olvido se deba a que la palabra pronunciamiento les produzca surpullido a los que se dicen progresistas. A lo largo de nuestra historia, especialmente en los últimos 200 años ha habido muchos alzamientos, pero no podemos meter en el mismo saco a Riego y Prim con Primo de Rivera, Franco y Tejero. Pero sino los estudiamos y comprendemos, volveremos a repetir los errores pasados.

Otros se habrán apuntado a la desmemoria histórica porque son más amigos de las injerencias externas, y así negocian en la actualidad las competencias de los vecinos, ya no hacen falta ejércitos de 100.000 sino un puñado de votos para investiduras y presupuestos, su amnesia les ayuda también con las traiciones producidas durante la II República, pero presumen de gudaris.

Entiendo que también los herederos del carlismo, enemigo acérrimo de los liberales, no quieran que se rememore este acontecimiento.

La palabra liberal, hoy en día tiene demasiados usos, y muchos prefieran no entrar a recordar su original sentido pues les obligará a reflexionar sobre su progresía vacua y de postureo.

Siento gran pesar de que Mel Gibson no sea español, pues no hay nadie en nuestra precaria industria cinematográfica que se atreva a realizar una película sobre nuestro William Wallace, cuyo final fue muy similar, ahorcado, y decapitado, en la madrileña Plaza de la Cebada.

En estos días donde hemos visto como muchos toman su cargo por imperativo legal y demás sandeces, el grito de Riego de ¡Viva la Constitución! colofón de su arenga, que dicen fue escrita por Alcalá Galiano, destacado orador (“…la Constitución, pacto entre el Monarca y el pueblo, cimiento y encarnación de toda Nación moderna. La Constitución española, justa y liberal, ha sido elaborada en Cádiz, entre sangre y sufrimiento, ( ..), afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles, de todos los españoles, desde el Rey al último labrador (…). Sí, sí, soldados; la Constitución. ¡Viva la Constitución!”) es toda una declaración de intenciones que también quieren que no se recuerde.

Y es que algunos viven muy bien en el frentismo, bien por posicionamiento (Podemos y confluencias, VOX, Bildu), bien por enardecimiento (PSOE, PNV), bien por perdida del norte (PP, Ciudadanos,…), y así los extremos ganan y los moderados y liberales pierden.

Jesús Bodegas Frías, Ldo. en Ciencias Biológicas, con experiencia en Calidad y Producción.

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