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Regulación e incentivos marcarán la hoja de ruta hacia la economía circular

Las empresas españolas asumen sus compromisos con la economía circular, pero reclaman una regulación específica e incentivos para incorporar ese objetivo a su actividad, porque la economía «existe» y el balance entre coste y beneficio debe ser positivo en sus cuentas de resultados

Así lo han puesto de manifiesto hoy expertos en economía circular y cambio climático en un debate organizado por la Agencia Efe en su espacio ‘Diálogos EFEverde’, donde han analizado el paquete de medidas de la Unión Europea para la economía circular y su interacción con el Nuevo Pacto Verde anunciado por la UE durante la reciente cumbre del clima de Madrid (COP25).

Todos los ponentes han reconocido el éxito organizativo de esta cita, donde se ha visualizado a la «infantería social» como un nuevo bloque en las negociaciones, pero han destacado la falta de avances en cuanto a ambición y velocidad.

La Alta Comisionada para la Agenda 2030, Cristina Gallach, ha destacado el «punto de inflexión» que ha supuesto considerar que la lucha en favor de un medio ambiente distinto «se tiene que ampliar a todos los sectores de la sociedad».

Pero ha incidido en que todos los aspectos de desarrollo de este Pacto Verde o Green New Deal «tienen que tener regulación, que defina qué es y qué no es verde y ponga las etiquetas correctas para avanzar en esa transformación».

En su opinión, «hemos sembrado lo suficiente para dar el salto», pero una transición real de nuestra manera de vivir «no se hace sin la implicación de todos».

También ha puesto el foco en la ciudadanía la asesora ejecutiva de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), Cristina Monge, quien ha reconocido que la COP25 avanzó en asuntos de género o en el papel de las ciudades, pero «es la primera vez desde París en que los resultados técnicos concretos decepcionan».

Para Monge, el Green New Deal puede ser un marco absolutamente transformador, pero necesita más ambición, porque «hoy ya vemos que las empresas pueden cumplir sin perder y tenemos más conocimiento que nunca, pero falta liderazgo político para cambiar el modelo económico».

Y en esa transformación, la aplicación de las tecnologías de la información, el big data o la inteligencia artificial «puede suponer una enorme oportunidad para Europa en términos de reindustrialización», ha añadido.

El fundador y presidente de Economistas Frente a la Crisis, Jorge Fabra, ha subrayado el «éxito organizativo» de la COP25 y la atracción que ha proyectado en la sociedad civil, pero «hemos asistido a un gran fracaso institucional a nivel planetario».

En su opinión, las compañías necesitan incentivos que les hagan percibir que invertir en economía circular es rentable; «los ejemplos individuales cuentan, pero lo que mueve miles de millones son las empresas y no consiste en darles estacazos para que avancen, sino en regular e incentivar».

«Hay un cierto buenismo y se ignora que la economía existe -ha señalado- y al final las empresas tienen que tener un balance positivo entre coste y beneficio».

El divulgador ambiental José Luis Gallego ha instado a que la acción social «no se quede en los titulares», porque el medio ambiente «es demasiado importante para dejarlo en manos de los políticos» y ha subrayado el papel de las empresas en este proceso; «al sector privado hay que intentar seducirle».

Ha reconocido la «conducta miserable» de algunas grandes compañías «ajenas a la urgencia», pero ha puesto como ejemplos de compromiso a pequeñas iniciativas privadas que «hacen economía circular para plantar cara» a la emergencia climática.

Para Jorge Fabra, «hay casos de éxito porque han encontrado nichos de actividad económica y tenemos que lograr que esos nichos se multipliquen, pero sólo hay una transacción si los dos -vendedores y consumidores- ganan».

«Yo no pierdo la esperanza, pero creo que esa esperanza debe ser alimentada desde posiciones no complacientes, porque si nos creemos que avanzamos al ritmo suficiente, no vamos a llegar a tiempo», ha dicho.

Para Cristina Monge, la estrategia para integrar los principios de la economía circular en las empresas «depende de tres patas: señalar a los que no hacen lo que tienen que hacer, premiar a los que lo hacen bien y apostar por cambios disruptivos». EFE

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