La aplicación de una nueva metodología de psicoterapia basada en los tratamientos de estrés postraumático ha logrado eliminar los trastornos que padecían víctimas españolas del terrorismo de larga duración, en muchos casos tras más de 25 años arrastrando problemas de ansiedad, depresión y estrés
La psicóloga Mari Paz García-Vera, actual delegada del Gobierno en Madrid, ha explicado en una entrevista con Efe los principales avances de un estudio iniciado en 2010 por la Universidad Complutense en colaboración con la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que ha contactado con 3.000 víctimas para hacer un diagnóstico y aplicarles esta nueva terapia.
De esas 3.000 personas, más de la mitad decidieron participar en el estudio, y de ellas a más de 200 se les detectaron secuelas psicológicas que afectaban en su día a día, en algunos casos desde hace décadas, por lo que el equipo de psicólogos, dirigido entre otros profesionales por García-Vera, les ofreció sesiones de psicoterapia para ayudarles a superarlas.
«Los tratamientos están funcionando muy bien, en torno a un 60 % de los pacientes ya no tienen trastornos y esos resultados se mantienen dos años después», ha explicado esta experta. Parte del 40 % restante registró una mejoría en esos trastornos, aunque sin llegar a eliminarlos del todo, y otra parte abandonó el tratamiento tras algunas sesiones.
García Vera ha presentado este martes los avances de esta nueva metodología en el IV Congreso Nacional de Psicología que se celebra hasta el miércoles en Vitoria y ha explicado que el trabajo va a continuar en Castilla y León, Aragón, Baleares, Canarias y Ceuta y Melilla, donde aún no han contactado con las víctimas.
La iniciativa trabaja tanto con supervivientes de atentados como con familiares de personas asesinadas por terroristas, «porque sufrir un atentado les cambia la vida para siempre», ha apuntado esta profesional, que ha mencionado las «múltiples respuestas» que «ponen en marcha para sobrevivir y sobreponerse» y que al principio «ayudan a seguir adelante» pero luego les perjudican.
Entre ellas se encuentra la sobreactivación, «estar preparado para dar respuesta a cualquier situación extrema», lo que «es bueno en el momento del atentado, pero que si se mantiene a lo largo de los años va a deteriorarle, no le deja dormir bien».
Otro de los fenómenos que padecen son las reexperimentaciones, es decir «que de repente empiezan a ver sangre u oler humo».
«Con el tiempo van a necesitar procesar toda esa información, pero a veces las víctimas no lo hacen por sí solas, y eso les genera pesadillas, dolor o ansiedad ligada a la situación vivida. Eso hace que estas personas no estén bien, que tengan síntomas que les impiden hacer una vida normal», ha agregado.
Por eso este estudio pionero se centra en estos problemas que han padecido víctimas en periodos «de hasta 20 o 25 años de media y que todavía tienen suficientes síntomas en su vida de estrés postraumático, de depresión o trastornos de ansiedad, en unas prevalencias que están muy por encima de la población general», ha expuesto García-Vera.
Los resultados analizados hasta ahora muestran que hasta un 28 % de estas personas tiene aún estrés postraumático, y en torno a un 18 % padece depresión.
La terapia se basa en un tratamiento cognitivo-conductual en el que se aborda el trauma como los problemas que ha generado, y que tiene un seguimiento de su evolución en el tiempo.
Los buenos resultados han hecho que el equipo de psicólogos vaya publicar y difundir una guía con esta metodología entre sus colegas para que puedan aplicarlo con otras víctimas del terrorismo.
«Lo positivo de este trabajo es que la propia psicología consideraba que pasados varios años de un trastorno, este no iba a cambiar, que no mejoraría, pero hemos demostrado que después de más de 20 años consiguen mejorar. Es una gran noticia que tengamos este tratamiento psicológico», ha destacado García-Vera. EFE
