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La Guardia Civil vigila a la disidencia de ETA, que podría tener armamento

La Guardia Civil mantiene bajo vigilancia a la disidencia de ETA, un grupo «minoritario» pero «descontento» con la disolución de la banda, y del que se cree que podría tener bajo su control parte del armamento de la organización terrorista

En un desayuno informativo con motivo del 175 aniversario de la fundación de la Benemérita, el coronel Valentín Díaz Blanco, de los servicios de información de la Guardia Civil, ha afirmado que esta disidencia, conocida como ATA, tiene como ideólogo al preso Iñaki Bilbao y puede contar con unas 500 personas, según los actos públicos que ha celebrado.

«Ellos consideran que no se ha conseguido nada» y que «puede haber un momento, ahora no, que sea necesario volver a utilizar las armas», ha dicho Díaz, quien al respecto ha comentado que ETA cometió «la chulería» de entregar un inventario de armas con 14 puntos y «el material de 2 no apareció», por lo que se «sospecha» que puede estar en manos de esta disidencia.

De momento se sigue «una investigación» sobre ATA, varios de sus miembros han sido detenidos por diversos actos de kale borraka en Navarra y el País vasco, y se seguirá trabajando sobre ellos «para evitar otro IRA Auténtico», ha asegurado el coronel.

Y ha precisado que esta disidencia además de movilizaciones públicas y comunicados, tiene «una estructura» y cuenta en las cárceles con algo menos de una docena de etarras, «los que tienen las condenas mas duras».

A día de hoy «no se atisba riesgo» de que puedan cometer un atentado, ha dicho, pero también ha precisado que «eso no quiere decir que en un momento determinado no se compliquen las cosas. Coger una pistola es fácil».

Díaz Blanco ha destacado además el trabajo que se lleva a cabo por esclarecer la autoría de numerosos atentados de ETA con más de 300 víctimas mortales, a lo que se confía que ayude la última documentación entregada por Francia, y se investiga asimismo el patrimonio de los etarras para que asuman sus responsabilidades civiles.

Por último ha señalado que en la lucha contra ETA, «derrotada sin que hubiera conseguido ninguna de sus aspiraciones», «nunca hubo atajos», a lo que el fiscal Pedro Rubira, ponente también en el desayuno, ha agregado que «jamás la Audiencia Nacional ha permitido la tortura» y cuando se ha intuido algo «se ha actuado».

Rubira ha señalado además que para la reclasificación a segundo grado, los presos de ETA esgrimen la disolución de la banda pero «para mí -ha aseverado- la disolución no existe, existirá cuando cooperen para averiguar qué ha pasado» y así «el capítulo del terrorismo se pueda cerrar bien», un objetivo que le ha llevado a cuestionar también que sin investigar primero se puedan considerar prescrito algunos delitos.

«El archivo histórico de ETA está permitiendo reabrir procedimientos y creo que nunca habrá reconciliación, ni paz ni nada mientras que no se aclare hasta el último atentado», ha comentado, y explicado que no es la Audiencia Nacional sino el Supremo el que considera que no son delito los recibimientos a etarras al salir de prisión.

Por su parte, el director del Centro Memorial de Víctimas, Florencio Domínguez, ha denunciado que «el silencio social dejó el campo libre» a los terroristas y a sus apoyos durante mucho tiempo, aunque los «años de plomo», de una «violencia intensa y mantenida» entre 1977 y 1984, con 215 atentados y 50 asesinatos al año de media, fueron posibles también por otras causas.

Entre las organizativas ha citado la fusión de ETA Militar con los comandos bereziak formados por «terroristas cualificados», el «reclutamiento masivo» que permitió constituir un gran numero de comandos legales autores de tres cuartas partes de los atentados de aquellas fechas, y un núcleo de dirección en la banda «estable y permanente».

Unido esto a una «disponibilidad notable» de recursos económicos por extorsiones y secuestros, una «comunidad política incondicional» en HB y «el santuario francés», hizo que ETA tuviera «la iniciativa frente a un Estado a la defensiva», unas fuerzas de seguridad que «no estaban preparadas para este desafío» y «una desconfianza» hacia ellas en una parte importante de la sociedad». EFE

Pie de foto: De izda a dcha, Fanny Castro, directora del IUISI, Valentín Díaz Coronel de la Guardia Civil de la jefatura de Información, Pedro Rubira Fiscal de la Audiencia Nacional y Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Victimas del Terrorismo, este martes en Pamplona. EFE

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