Tesis doctoral del presidente Sánchez, examinada por plagio. EFE
En un programa de televisión emitido los viernes por la noche, se cuenta la vida, el “día a día” de los habitantes de varios de los pueblos que salpican la geografía de España.
Ayer viernes, en concreto, en el pueblo que tocaba, se podía ver en su plaza mayor, un banco donde se sientan los más ancianos de lugar titulado la Moncloa. Preguntando a los vecinos del lugar, estos comentaban que el nombre era debido a que ese lugar, ese banco, era “el gran mentidero” de la localidad, ya que ahí se contaban las mismas mentiras que las que se podían ver en el palacio de la Moncloa, la sede donde una parte importante de los políticos de este país, deciden su destino.
Todo esto viene a cuento, por lo que sucede estos días en dicho palacio de la Moncloa, en dicho mentidero. Resulta que un presidente del Gobierno, hace pocos meses, cuando debatía el porqué de una moción de censura, aludía a que deberían dimitir todos aquellos que plagian tesis doctorales.
Argumento de peso, parecía, resultar entonces. Pero resulta que ahora, el susodicho presidente del Gobierno se ve envuelto, en lo que antes acusaba, por una tesis doctoral presentada por él y que se ha demostrado que es un plagio, no por ” la cantidad del texto que se copia, sino por el hecho de que no se reconozca la deuda intelectual que el autor de una tesis tiene con otros autores”, dice Mikel Buesa.
Dicho presidente no parece que vaya a dimitir con lo que nos encontraremos con un gran mentidero.
¿Merece este país tener un presidente así?
