Las víctimas del terrorismo etarra luchan ahora mismo contra el olvido, luchan porque la verdad de lo sucedido en «los años de plomo» se cuente y se recuerde como realmente fue, sin que se cambie «el relato» de lo sucedido.
Saben que los terroristas y su mundo afín, quieren evitar tener que pedir perdón.
Por eso no se duda en hacer creer a las mentes incrédulas, que lo que pasó, no ocurrió así. Actos como los de Alsasua, en los que los agredidos, guardias civiles y sus parejas, parecen los culpables; y en los que los agresores, parecen los inocentes, son buena muestra de ello.
Actos como los de Alcalá de Henares donde van a ser recibidos los defensores de los agresores de Alsasua, sorprenden porque se trata de dar credibilidad al lado equivocado.
El relato no debe cambiar. Las víctimas siempre serán las agredidas y los culpables siempre serán los agresores. Que así sea.