¿A quién hace daño esta imagen? Parece que solo a la alcaldesa socialista de San Fernando, Patricia Cavada, que ha puesto en marcha un proyecto de ciudad (la wiki-ciudad) plana -no solo artquitectónicamente, sino también de sentimientos- y por lo visto, laicista.
Este azulejo del Sagrado Corazón de Jesús lleva 77 años presidiendo la vida ciudadana. Es parte de la historia de una ciudad, precisamente cuna de la Libertad. No hace mal a nadie, sino todo lo contrario. Es símbolo de concordia, de paz, de bien, de principios morales (que tanta falta nos hace a todos, pero especialmente a algunos políticos) más allá de la fe de cada vecino. Y encima, no se entiende la iconografía de la isleña Plaza del Rey sin el azulejo del Sagrado Corazón, pues desmantelaría el recuerdo, los buenos recuerdos, tan importantes. Y quitándola, se deterioraría la imagen tan entrañable de ese entorno.
Esta alcaldesa socialista -recordemos que es la de la concejala “okupa” y los semáforos lgtb, la misma que mantiene el Belén municipal oculto, que le da subvenciones irrisorias a las cofradías, o que margina a las asociaciones provida- ha “aprovechado” la rehabilitación del Ayuntamiento para eliminar un símbolo religioso de San Fernando, obedeciendo así fielmente lo que pedía la Asociación de la Memoria Histórica.
Cavada actúa con laicismo encubierto (o más bien descarado) y un desprecio mayúsculo a nuestras tradiciones. Pone en marcha un proyecto personal para desarraigar tradiciones populares (como la decadencia de la peregrinación al Cerro de los Mártires) y extirpar sentimientos. Introduce otras fiestas extrañas como Halloween o el día del Orgullo lgtb (¡!) y elimina imágenes religiosas públicas, cuyo primer asalto es este mosaico.
¿Qué será lo siguiente? ¿Quitará Cavada la cruz de la corona de nuestro escudo? ¿Eliminará el triángulo y el ojo que representan la Providencia, del mismo escudo de la ciudad? ¿Prohibirá altares, hornacinas y mosaicos en las fachadas del Casco histórico, en su proyecto de Wiki-ciudad, como ella lo llama? ¿Se atreverá a intervenir en el Consejo de Hermandades?
No por disparatadas que nos parezcan estas cosas pueden ser irrealizables para los socialistas-feministas-radicales con poder suficiente para ello.
Creo sin embargo que esos símbolos religiosos han de ser respetados por los gobernantes, porque así también se respetan los sentimientos profundos de las personas y su derecho inalienable a expresar públicamente su fe, también en imágenes históricas que fueron colocadas -y siguen siendo muy queridas- por la fe del pueblo. Que son queridas y apreciadas por muchos, por una gran mayoría.
Por todo ello se ha puesto en marcha, desde MásLibres Cádiz, una campaña de firmas en CitizenGo, que en unos pocos días ya ha reunido miles de firmas, y que sin duda cosechará muchas más adhesiones. Por lo evidente, por lo obvio que se pide, por la razón que le asiste ante lo que no es sino un intento de reeducación del pueblo llano. La petición dice así:
Patricia Cavada, alcaldesa de San Fernando (Cádiz): Respete la imagen del Sagrado Corazón de Jesús de la fachada del Ayuntamiento. NO LA ELIMINE DE NUESTRA CASA CONSISTORIAL. Respete los sentimientos religiosos de sus vecinos y su derecho a expresar públicamente su fe, también en imágenes históricas que fueron colocadas -y siguen siendo muy queridas- por la mayoría del pueblo.
Así de sencillo y así de obvio. El sentimiento religioso es algo muy profundo. No se puede dejar de respetar con políticas destructivas que no lo tengan en cuenta.
Se expresa este sentimiento también en edificios públicos, en esculturas o pinturas, y es normal que así sea. Los representantes ciudadanos deben respetar, conservar, alentar. No estamos en un país laico. No. La Constitución así lo reconoce. Estamos en una nación aconfesional, que es otra cosa distinta. Se promueven y respetan todas las confesiones religiosas -y hace mención especial a la católica por ser la mayoritaria- por igual.
Ese es el deber de todo gobernante que mire por el Bien Común y no por su propio interés: conservar, alentar, implicarse, promover. No eliminar, no boicotear, no marginar…
Espero que el gobierno municipal recapacite, o al menos escuche la voz de la ciudadanía, y podamos seguir viendo ese signo histórico de concordia, Cristo, en el amor de su Corazón sagrado, en el sitio donde lo puso el pueblo.
Pedro Antonio Mejías, delegado de HazteOir Cádiz
