El líder de una célula yihadista desarticulada en Melilla en 2014 ha admitido que se dedicaba a captar combatientes para Al Qaeda para atentar en el Magreb o en «suelo occidental», por lo que se enfrenta 12 años de cárcel por integración en organización terrorista como «promotor» de esta red.
«El islam no manda a la violencia , ni la incita, ni la justifica», ha dicho riéndose el presunto cabecilla de este grupo, Mustafá Al Lal Mohamed, «Doberman».