EFE.- Esta no es la primera vez que el Museo Reía Sofía dedica una gran exposición a alguien que no es artista, lo hizo ya con Aby Warburg y Carl Einstein y ahora recupera al brasileño Mário Pedrosa, intelectual comprometido, crítico y una de las figuras más influyentes para el arte de su época en Brasil y Latinoamérica.
«De la naturaleza afectiva de la forma» es el título de la muestra sobre Mário Pedrosa (Pernambuco, 1900-Río de Janeiro, 1981), quien se convirtió en uno de los agentes más importantes en la formación de la cultura moderna de Brasil con su contribución, tanto a la consolidación de instituciones de arte moderno como el impulso a la Bienal de Sao Paulo, de la que fue director y consultor en las distintas etapas.
«Fue una de las figuras más importantes de la época, como crítico y estuvo en la Bienal de Sao Paulo en 1953, cuando se expuso el Guernica. Tenía autoridad también como activista político y tuvo una mirada artística muy plural; rompió clichés y recepcionó en Brasil a artistas muy importantes y a los que no encajaban como Morandi», ha explicado hoy durante la presentación de la muestra, el director del Museo Manuel Borja-Villel.
El italiano Georgio Morandi fue un artista fundamental para el pensamiento de Pedrosa, a quien llegó a definir como el artista más político de su generación, tanto por su negativa a participar en el arte fascista como por su resistencia a convertir el arte en un arma de propaganda.
Y es que Pedrosa era un pensador muy comprometido con la izquierda,incluso le costó la cárcel, pero considerada, a diferencia de la ida soviética, que el arte nunca debía estar al servicio de la política, ha argumentado Gabriel Pérez-Barreiro, uno de los comisarios de la muestra.
Otra de las características que hacen a Mário Pedrosa una figura excepcional en su época era su concepto del arte como algo necesario para la condición humana para que se pudieran expresar emociones y sentimientos más que tendencias ideológicas.
Para Pedrosa, la creación de los niños y de los enfermos mentales demostraba que el arte era «una necesidad vital».
Tomó conceptos de la teoría psicológica de Gestalt y hablaba de psicología de la forma y de cómo el espectador podría encontrar nuevos significados en su vida a través de la información que le daba el artista.
En opinión de Borja-Villel, en la época de Pedrosa, en Latinoamérica estaba de moda un profundo enfoque en el arte que no dejaba ser «muy reduccionista y lleno de lugares comunes» y Pedrosa «introdujo una versión más compleja», donde nada era opuesto a nada y «la abstracción, la figuración o el intereses por las vanguardias era todo fruto de una evolución».
«Mário Pedrosa dio una visión distinta de la modernidad brasileña», ha apostillado el director del Reina Sofía y quien ha querido recuperar esta figura poco conocida en España y Europa.
Así, esta gran exposición de unas 200 obras de 41 artistas brasileños e internacionales, formada por pinturas, esculturas, grabados, fotografías, películas y libros, se puede interpretar como un retrato de quien fue este crítico de arte a través de los artistas que más le gustaron.
Una muestra que abarca desde el realismo social hasta la abstracción más radical, el arte de los niños e incluso autores situados en el margen de la sociedad y considerados enfermos mentales.
Obras de Alexander Calder, Georgo Morandi, Paul Klee o Jorge Oteiza están, entre otros, conviven con representantes de las abstracción geométrica y el neoconcretismo brasileño (un movimiento para el que su desarrollo la figura de Pedrosa fue fundamental) con nombres como Lygia, Clark, Ivan Serpa, Lygia Pape, Hélio Oiticica.
En paralelo a la muestra, el Museo Reina Sofía ha editado un catálogo con el nombre que da título a la muestra «De la naturaleza afectiva de la forma», en el que se incluyen ensayos críticos de los dos comisarios de la exposición Pérez-Barreiro y Michelle Berrios, y de Adele Nelson, Kaira M. Cabañas, Michael Lowy y Mario Berrios, y una conversación entre Aracy Amaral y Sergio B. Martins.
Además se incluye una antología de los escritos más emblemáticos de Mário Pedrosa, la mayoría traducidos por primera vez al castellano.