Un total de seis jugadores pueden participar en una partida, equipados con un casco de realidad virtual, un ordenador llevado en una mochila en la espalda y réplicas de armas elaboradas con impresoras 3D.
La realidad virtual como experiencia social es la propuesta de Zero Latency, un espacio de 200 metros cuadrados en Madrid para jugar en grupo y con libertad de movimientos.
Cada partida, en la que los usuarios se mueven libremente y su posición es detectada por cámaras en las paredes, dura media hora.
Por el momento, la experiencia disponible se limita a un juego de acción con zombis, pero en las próximas semanas se incluirán dos nuevos títulos.
El centro de Madrid es el primero europeo que dispone de esta tecnología, importada por la firma asturiana 7fun, ya presente en Australia, Japón y Estados Unidos.
7fun ha adquirido los derechos para instalarla en otras ciudades europeas: a Madrid le seguirá Lisboa, indican a Efe fuentes de la compañía. Efefuturo