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Investigadores de la UPNA instlan un observatorio radioastronómico en el campus de Arrosadia

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Investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) han puesto en marcha un proyecto para construir y poner en operación un observatorio radioastronómico en el campus de Arrosadia, en Pamplona, basándose en un radiotelescopio.

Este instrumento sirve para capturar ondas de radio emitidas por cuerpos celestes y así poder estudiarlos. Esta iniciativa ha sido presentada hoy, viernes 16 de septiembre, en una ponencia durante el XXII Congreso Español de Astronomía que se celebra hasta el domingo en el Planetario de Pamplona. Silvia Díaz Lucas, profesora del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y subdirectora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación (ETSIIT) de la Universidad, ha expuesto la comunicación durante este encuentro científico en nombre de un grupo multidisciplinar universitario interesado en la astronomía.

A diferencia de un telescopio convencional, que capta imágenes en luz visible, el radiotelescopio es un receptor para ondas de radio. Como muchos cuerpos celestes emiten radiaciones de radiofrecuencia, dichas radiaciones son más detectables en la región de radio del espectro electromagnético que en la de la luz visible. El estudio de todas estas radiaciones se denomina radioastronomía. Gracias a esta rama poco conocida de la astronomía, es posible ver cuerpos y situaciones que no son posibles de detectar con la astronomía óptica: por ejemplo, detectar meteoros, obtener imágenes de galaxias, escuchar las explosiones en torno a Júpiter, fenómenos solares o el sonido que produce una aurora boreal.

El origen de esta ciencia se remonta a la década de los treinta del siglo pasado, cuando los laboratorios Bell, en Estados Unidos, encargaron al ingeniero Karl Jansky la investigación de señales que pudiesen interferir en comunicaciones telefónicas transoceánicas. Para ello, Jansky construyó una antena que podía percibir señales a una longitud de onda de 14,6 metros. Durante su experimento, Janksy descubrió la presencia de una señal desconocida que provenía del plano de nuestra galaxia, la Vía Láctea. En 1937, para investigar ese fenómeno, otro ingeniero estadounidense, Grote Reber, ayudó a Jansky a construir una antena de casi diez metros de diámetro. Descubrieron que aquella misteriosa radiación no solo provenía de la Vía Láctea sino que también era detectada en la dirección del Sol.

Participantes

En esta iniciativa toman parte, además de la propia Silvia Díaz, los investigadores Pedro Diéguez Elizondo (Departamento de Ingeniería Mecánica, Energética y de Materiales), Francisco Falcone Lanas (Ingeniería Eléctrica y Electrónica), Ambrosio Liceaga Elizalde (Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica), Jesús Palacián Subiela (Departamento de Ingeniería Matemática e Informática), Rafael Ruiz Feliú (Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica),  Carlos Sáenz Gamasa (Departamento de Física), Joaquín Sevilla Moróder (Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica), Abián Bentor Socorro Leránoz (Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica) y Patricia Yanguas Sayas (Ingeniería Matemática e Informática); y el técnico José Javier Vesperinas Oroz (Servicio de Apoyo a la Investigación).

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Inaugurado en el Planetario el XXII Congreso Español de Astronomía en Pamplona

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