Retrato del joven Carlos I de España, posterior a 1515 por Bernard van Orley.
Retrato del joven Carlos I de España, posterior a 1515 por Bernard van Orley.
Felipe el Hermoso y Juana la Loca
Escudo del rey Carlos I de España antes de convertirse en emperador.
Territorios controlados en Europa por Carlos I de España en 1519
Escudo de Carlos I de España en la muralla de Viana con las armas de Navarra en lugar preferente en el blasón
Por José V. Ciordia, historiador
Tal día como hoy, 16 de abril de 1519, Carlos I y su madre Juana la Loca eran reconocidos como reyes en las cortes celebradas en Barcelona, por los condados catalanes, territorios entonces pertenecientes a la corona de Aragón, junto con los de Valencia y Mallorca. Previamente habían sido reconocidos, a lo largo de 1518, como reyes por los reinos de Castilla, Navarra y, obviamente, por el reino de Aragón que conformaban todos ellos jurídicamente el Reino de España.
Durante su estancia en Barcelona, ciudad donde se celebran las cortes catalanas, es agasajado constantemente y su labor como Rey es fecunda. Aprueba treinta y cuatro leyes, llamadas entonces Constituciones, la mayoría relativas a legislación jurídica y de funcionamiento de las instituciones de Justicia, y diecinueve capítulos de corte que versaban sobre una excepción de impuestos para Nápoles, territorio italiano entonces perteneciente al reino de Aragón. Se reitera el libre comercio con Orán y Argelía y otros estados en manos del Imperio Turco.
También toma algunas medidas proteccionistas con la prohibición de sacar animales de Cataluña, Rosellón y Cerdaña. Medidas todas ellas, en suma, que demuestran el enorme trabajo que se tomó para contentar y demostrar quien era el Rey.
Su estancia en Barcelona se alargaría hasta 1520. Valencia y Mallorca verían jurados sus fueros por el Monarca meses después. Tras ello, culminaba un proceso que convertía, por primera vez, a un Monarca en Rey a la vez de Castilla, Navarra y Aragón.
Mientras esto se producía, cabe recordar que recibiría como herencia de su abuelo, Maximiliano de Austria, el Sacro Imperio Romano Germánico (SIRG), lo que le convertía en Emperador.
La suma de los territorios del SIRG y de los reinos hispánicos le convertiría en el Monarca más poderoso de la Cristiandad y en la cabeza visible de la lucha europea contra la invasión turca. Además las posesiones americanas que, poco a poco iban engrosando sus reinos, harían que, con el paso de los años y ya en época de su hijo Felipe, se acuñara la leyenda de que en el Imperio español, nunca se ponía el sol. Situación que España mantendría hasta finales de 1898, tras su derrota ante Estados Unidos y su pérdida de los territorios de Filipinas.
