Muchas veces no es posible detectar a tiempo el alzheimer precoz, pues sus síntomas se confunden con situaciones derivadas del estrés posponiendo el tratamiento adecuado
Los científicos señalan que el intervalo exacto entre el inicio de la positividad de amiloide y la aparición de la demencia de tipo Alzheimer debe evaluarse en estudios de seguimiento a largo plazo.
La enfermedad de Alzheimer (EA), también denominada demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA) o simplemente alzhéimer, es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida que mueren las células nerviosas (neuronas) y se atrofian diferentes zonas del cerebro. La enfermedad suele tener una duración media aproximada después del diagnóstico de 10 años, aunque esto puede variar en proporción directa con la severidad de la enfermedad al momento del diagnóstico.
El Alzheimer es una enfermedad muy común que afecta a 25 millones de personas en todo el mundo y que se espera que esta cifra se duplique para el año 2030, debido al aumento de la esperanza de vida. Esta patología puede presentarse hasta 20 años antes de la aparición de la demencia.
Biomarcadores en la detección temprana
La Enfermedad de Alzheimer (EA) no tiene cura hoy en día, pero la Tecnología Sanitaria avanza sin cesar buscando fórmulas de detección temprana. El biomarcador que más se está utilizando es el análisis del líquido cefalorraquídeo, en el que se puede medir la concentración de diversas proteínas que determinan si apoyan el diagnóstico de alzhéimer o no. Y en el campo de la Imagenología, existen una técnica más sofisticada como es la Tomografía de Emisión de Positrones (PET) combinado con TC, equipo radiológico con el que se visualiza el comportamiento de sustancias inyectadas que permiten detectar los depósitos amiloides (β-amiloide) en zonas del cerebro, que es el resultado que se pretende confirmar.
Esta patología puede estar presente incluso 20 años antes de la aparición de la enfermedad, por lo que se necesitan estimaciones de la prevalencia de la patología amiloide en personas sin demencia para comprender mejor su desarrollo y facilitar el diseño de estudios de prevención. Comenzar el tratamiento cuando el daño neuronal es limitado, puede ser crucial para un beneficio clínico.
Patología amiloide
Dos estudios que se publican en la edición de este martes en la revista JAMA analizan la prevalencia de la placa amiloide en los adultos de distintas edades, con y sin demencia, y su asociación con el deterioro cognitivo. El evento patológico reconocible temprano en la enfermedad de Alzheimer son agregados cerebrales de beta-amiloide (fragmentos de proteínas que se agrupan para formar la placa).
Entre los resultados, los autores destacan que el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer puede comenzar a los 30 años y que la prevalencia de amiloide en tomografía por emisión de positrones (PET) disminuyó con la edad en los participantes con diagnóstico de Alzheimer y aumentó con la edad en la mayoría de las demencias no Alzheimer.
En uno de los trabajos, Willemijn J. Jansen y Pieter Jelle Visser, de la Universidad de Maastricht, Maastricht, Países Bajos y sus colegas utilizaron un meta-análisis para estimar la prevalencia de la patología amiloide tal como se mide con biomarcadores (en la tomografía de emisión de positrones o en el líquido cefalorraquídeo) en los participantes con cognición normal, deterioro cognitivo subjetivo (SCI, por sus siglas en inglés) o deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés).
Los investigadores encontraron que la prevalencia de la patología amiloide aumentó de 50 años a 90 años desde un 10 a un 44 por ciento entre los participantes con cognición normal; del 12 por ciento a 43 por ciento entre los pacientes con lesión medular; y del 27 por ciento a 71 por ciento entre los pacientes con deterioro cognitivo leve.
Los científicos señalan que el intervalo exacto entre el inicio de la positividad de amiloide y la aparición de la demencia de tipo Alzheimer debe evaluarse en estudios de seguimiento a largo plazo, porque no todas las personas con patología amiloide se convertirán en dementes durante su vida y no todos los individuos con un diagnóstico clínico de la demencia de tipo EA tienen patología amiloide.