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OPINIÓN: Gitanos y legislación foral

OPINIÓN:  Gitanos y legislación foral

 

Todavía no se ha llegado al sentimiento y reconocimiento de la igualdad de todas las personas humanas, y a la historia le queda una larga senda para recorrer.

No hay razas humanas, la única existente es la creada por el amor de Dios y en forma gratuita. Claro, que reconocer esto implica consecuencias legales, éticas y religiosas, que a muchos no interesa.

Se ha especulado sobre el origen de este pueblo. Al parecer, los estudiosos datan su nacimiento en India, de donde emigraron por caminos norteafricanos hasta Andalucía, y más tarde al norte de España, Europa, y hoy en día, algunos se han asentado en América. Se cree que hacia el año 400, llegaron a las zonas septentrionales de España.

En nuestra nación, sujeta a invasiones musulmanas, a la preponderancia en negocios mercantiles de judíos, traía como consecuencia, resentimientos y miedos a verse diluidos en otras razas y creencias religiosas.

El resultado fue expulsión de los moriscos, pues aún después de la toma de Granada, los corsarios moros efectuaban asaltos en las ciudades mediterráneas, amén, de la sublevación de los moriscos en las Alpujarras. La tradición popular continúa en la frase: “hay moros en la costa”, para resaltar los peligros que pueden acechar a la sociedad.

En todo Europa, la legislación contra las minorías ha sido una constante histórica, y Navarra no pudo evitar tener una legislación similar, que a la mentalidad de la época resultaba no solo aceptable, sino necesaria.

Ejemplos aleccionadores, pueden citarse:

El diccionario de los Fueros, el escritor Yanguas y Miranda, en la pp 165, cita, la norma que se estableció sobre gitanos y vagabundos: “cuiden las justicias por todos los medios de atraerlos a un domicilio fijo y a la ocupación de oficio ú otro honesto modo de vivir….y empleando para eso la amonestación caritativa, la amenaza y por fin la cárcel, recojan los niños y niñas que no estuvieren aún viciados….”

La Ley XIX, del título IX, de la Novissima Recopilación, dicta: “La grande y antigua nobleza de este reino, da ocasión para que se procure su conservación della, y el mayor enemigo que acostumbra a tener son los cristianos nuevos, descendientes de judíos, que como continua polilla procuran poco a poco derribarla…de manera que con su astucia y ayudados del curso del tiempo, vengan a ser todos unos…esperamos de vuestra majestad…siempre velando el limpiar sus reinos de malas semillas y así mandó expeler a los moriscos, aunque estaban bautizados…gente no tan peligrosa de mancillar la nobleza, como son cristianos nuevos descendientes de judíos, suplicamos…mande por ley, que los cristianos nuevos descendientes de judíos o moros, y a los que tuviesen una mala raza de manera que sean incapaces de entrar en colegios y tener oficios de la Santa Inquisición…”

Ley IX, del título VI, de la Novissima Recopilación, ordena:”Los gitanos son ladrones famosos, y cuatreros y se sustentan de lo que hurtan, y en consideración de esto, en la Ley…se estableció contra ellos pena de azotes y destierro por primera vez. Y por la segunda, de galeras, si entrasen o estuviesen en este reino o pasaren por él…y por no comprender las penas de dichas leyes, claramente a las gitanas, ni practicarse contra ellas, han venido muchas a este reino, y viven con lo que hurtan, y con embustes y envelecos…para cuyo remedio, suplicamos a vuestra Majestad mande, que la pena de azotes y destierro que tienen los gitanos sean de seis años de galeras más, y las gitanas que entraren o estuvieren en este reino o pasaren por él, incurran en la pena de doscientos azotes y destierro perpetuo…”.

Aún en el siglo XX, gitanos, minorías y sobre todo el pueblo judío ha sufrido el holocausto de más de seis millones por parte de Hitler, en Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Yugoeslavia, Rumanía, Rusia, y con ramificaciones en Francia Y Bélgica.

El tema gitano y su folclore, se ha extendido a partir del siglo XIX. Ya Cervantes en su obra, “la gitanilla”, idealizó al ser gitano.

Federico Garcia Lorca, acompañó a Menéndez Pidal, investigando leyendas por los barrios del Albaicin y Sacramento. Pero quizás quien ha popularizado el conocimiento de los gitanos, lo debemos al gran poeta español, Federico Garcia Lorca, quien con sus libros, “el romancero gitano”, y, “poema del cante jondo”, dan fe de ello.

Ponen de relieve, Garcia Lorca y el insigne compositor Manuel de Falla, que en este canto popular, importa más el espíritu que la letra.

Artistas, del folklore gitano y del andaluz, en sentido amplio, son conocidos y reconocidos en todo el mundo.

El sentimiento religioso de los gitanos, siempre es cariñoso con Cristo y la Virgen:

Canta la saeta, “Cristo moreno—con las guedejas quemadas—los pómulos salientes—y las pupilas blancas”.

“Hay Antonio, el Camborio—digno de una emperatriz—acuérdate de la Virgen—que te vas a morir”.

“La Virgen y San José, perdieron sus castañuelas—y buscan a los gitanos—para ver si las encuentran”.

“La Virgen cuida a los niños—con salivilla de estrellas”.

“Bendita sea por siempre—la Santísima Trinidad—y guarde al hombre en la sierra—y al marinero en la mar”.

Y admira la guitarra: “Oh guitarra—corazón mal herido—por cien espadas”.

“Cuando yo me muera—enterrarme con mi guitarra—bajo la arena”.

Y el amor siempre presente. “Sucia de besos y arena—yo me la lleve del rio—y no quise enamorarme—por que teniendo marido—me dijo que era mozuela—cuando la llevaba al rio”.

Y con dialecto popular: “De noche me sargo ar patio—y me jarto de llorá—en ver que te quiero tanto—y tú no me quieres ná”.

Por fin, tras tantos pesares e injusticias, el artículo 14 de la Constitución, enseña y exige: “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y aquí en nuestra tierra foral, el artículo sexto, del Amejoramiento del Fuero, declara, “Los navarros tienen los mismos derechos, libertades y deberes fundamentales que los demás españoles”.

Francisco Javier Octavio de Toledo Eugui, notario y abogado, ex decano del colegio notarial de Navarra y Guipúzcoa y profesor de la Universidad de Navarra

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