El relato de la única víctima que no fue drogada ha proporcionado datos más precisos y ha permitido a la policía elaborar un retrato robot del presunto pederasta de Madrid. Al parecer, tendría acento español y se trataría de un varón de entre 35 y 40 años, musculoso, con ojos oscuros y pelo castaño.
Este delincuente pedófilo ha actuado al menos dos veces en los últimos tres meses, el 10 de abril y el 17 de junio. Ha secuestrado, drogado y abusado sexualmente de dos niñas de nueve y seis años y fracasó anteriormente en su intento con una tercera, según fuentes policiales. Todas en la misma zona.
Parece ser que es menor de 40 años, vive solo, no es “un raro” y puede tener familia y amigos Tiene tiempo libre, quizá antedentes, consume pornografía y no es adinerado. Por lo que podría tratarse de un desempleado o trabajo por horas, con antecedentes de desviación sexual (aunque no conste en registros oficiales de la policía o juzgados), que realice trabajos poco cualificados; un sujeto con autocontrol y con cierta empatía, no un paria.
Podría tener un núcleo de amigos o familia, aunque no viva con ellos. Dispone de un sitio con entrada y salida seguras. Probablemente habrá consumido abundante pornografía infantil en Internet y llegó un punto en el que tuvo la necesidad de pasar a la acción, es decir, pasó de ser un pedófilo a un pederasta.
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