

Los agentes de la Policía Nacional han realizado 13.000 servicios humanitarios y asistenciales durante el primer semestre de 2014. La Dirección General de la Policía ha aprobado una nueva circular que recoge los criterios para reconocer y recompensar, -dentro del marco normativo vigente-, los servicios de carácter humanitario.
Estas pautas de interpretación indicarán si procede la concesión de felicitaciones públicas en sus distintas modalidades o el ingreso en la Orden al Mérito Policial con distinto blanco o rojo, en aquellas intervenciones de cierta relevancia o en las que haya existido un especial riesgo o peligro. El director de la Policía, Ignacio Cosidó, ha señalado «la importancia de reconocer las actuaciones de los agentes que, en ocasiones, son llevadas hasta el extremo, traspasan la frontera del deber y ponen en riesgo sus propias vidas por salvar las de los demás».
El espíritu de servicio a los ciudadanos con labores asistenciales, de auxilio y acciones humanitarias es una de las prioridades recogidas en el Plan Estratégico de la Dirección General de la Policía. Estas actuaciones policiales son la esencia de la Policía Nacional, fruto de la vocación y el espíritu de servicio de todos sus agentes. El director de la Policía quiere reforzar y recompensar estas actuaciones y para ello se están adoptando distintas medidas. La última ha sido la aprobación de una circular que, con el objetivo de reconocer intervenciones de esta naturaleza, establece los criterios de interpretación y procedimiento a seguir para recompensar a los policías que hayan realizado estas acciones, especialmente las más relevantes o que hayan supuesto un peligro o riesgo para la vida del agente.
En enero de 2013 se puso en marcha un nuevo sistema de seguimiento informático para el cómputo de actuaciones asistenciales y humanitarias con el fin de incorporarlas al sistema se seguimiento estadístico estatal. Diariamente se realizan muchos actos humanitarios por la Policía, algunos menores, pero otros llevados hasta el extremo y que traspasan la frontera del deber y rozan la entrega al ciudadano sin límites. Algo más del 85% de estos actos son acciones socio-sanitarias a personas desorientadas, perdidas o impedidas; ancianos; sujetos con problemas psiquiátricos o psicológicos, o personas con otro tipo de enfermedades.
Pero los agentes, en muchos casos fuera de servicio, han arriesgado su vida para salvar la de otros, como los policías que han socorrido a personas que cayeron a las vías del metro y a las que rescataron segundos antes del paso del convoy; los conocidos como «héroes del Orzán» que murieron intentando rescatar a un joven estudiante en un mar embravecido, o agentes que han rescatado a personas atrapadas en el las llamas y humo de sus viviendas.
Todo ello ha hecho que la Policía Nacional se sitúe entre las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos según las encuestas del CIS. Esto reconoce esa vocación de servicio a la comunidad, de sacrificio, de compromiso con los más débiles o con aquéllos que se encuentran en peligro.