De madrugada, después de 48 horas de terror, angustia, sufrimiento, incertidumbre sobre la vida y la muerte, la ETA descerrajó dos tiros en la nuca, después de taparle los ojos y poner de rodillas en el suelo, a un joven de 29 años, Miguel Ángel Blanco.
No podemos olvidar este asesinato, ninguno de los casi mil asesinatos de esta banda terrorista ETA que, “amarrándose” a aquello de “conflicto” y “lucha armada”, ha matado por la espalda, con el tiro en la nuca y con bombas. Eligiendo, vigilando a la víctima siguiente, con el único fin de sumar muerte en el calendario y conseguir sus objetivos.
Y allí están las víctimas.
El cruel y vil asesinato de Miguel Ángel Blanco, el que ETA utilizó y maniató pidiendo “negociación”. No ha servido de mucho. Ni España, ni el Gobierno, ni las Instituciones se doblegaron ante la banda terrorista, pero hoy el “proceso” iniciado por Zapatero está prácticamente consumado. Consumado por el bipartidismo del PSOE-PP en una negociación encubierta, escondida, en la que sólo una parte “entrega y hace concesiones” mientras la otra, la banda terrorista, impone, pide y solicita. Sin disolverse, con las armas debajo de la mesa de negociación y con el poder político-institucional en sus manos.
ETA, con las manos manchadas de sangre, de violencia y de terror está consiguiendo todo. Mientras, las víctimas siguen siendo víctimas de los asesinatos de esta banda terrorista.
Jamás podrá entenderse un “proceso de negociación” en el que uno impone y otro concede todo, a cambio de un “dejar de matar”. ”De momento”.
Directora NI