

Susana Díaz, quien sustituyó a Griñán, involucrado en le Caso de los EREs fraudulentos que todavía se encuentran en fase de investigación judicial por parte de la Juez Alaya con imputados verificados y, hasta el momento, sin impunidad, ha decidido no presentarse a la carrera de “primarias” para liderar el PSOE.
Una decisión para tener en cuenta. Era la preferida de muchos, la única que, inmersa Andalucía en los casos de corrupción política (PSOE, COCO y UGT) y empresarial, obtuvo buen resultado en las “europeas” como contraposición al debacle sufrido por su partido. Era la “elogiada” por los medios. Sin embargo, ha decido apartarse de la carrera por el liderato nacional y quedarse en Andalucía.
Sea como fuere, no ha sido mala su estrategia de futuro político. El PSOE está en horas bajas, más que bajas y liderarlo en estos momentos no es la mejor solución para la carrera política de Susana. Pero sí lo es para luchar en Andalucía y, si llega el caso, relanzar a un partido que está en urgencias.
Su discurso de retirada ha pasado a ser el discurso de la responsabilidad. Pero Díaz no pierde el tiempo, y a cambio aprovecha el momento para pedir la mayoría en Andalucía.
Estrategia medida y con visos de ¿futuro?
Directora Navarrainformacion.es