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Aquí y ahora

“Hoy es aquí, en España, donde Europa y nuestros valores se juegan la piel”. Así cerró este martes Manuel Valls una conferencia en Pamplona que espero que marque conciencias. Entre otras cosas por su llamada a trabajar por principios que merecen la pena. Pero no nos adelantemos.

Corren tiempos interesantes para los que se interesan por las cosas de todos. La política está revuelta. Las viejas certezas, los viejos partidos y los viejos personajes están cayendo. Lo que no era posible hace un año, sucedió ayer.

En casi toda Europa avanzan los populismos. Valls los definió como “el ejercicio del poder directamente por el pueblo”, por encima de gobiernos, leyes o jueces. El problema es que quien acaba mandando no es “el pueblo” sino “el líder”. Véanse los cesarismos que reinan en Podemos y PSOE, donde la voluntad de uno se impone por el mecanismo falso de invocar la de todos.

Valls achaca este crecimiento a un fracaso de los partidos tradicionales para dar respuesta a los problemas de hoy, para garantizar la seguridad, para integrar la inmigración, para reinventar el Estado del Bienestar, para dar confianza en el futuro. Donde hay miedo hay populismo. Porque el populismo vive de buscar un enemigo al que echar la culpa. Define una comunidad cerrada y culpa de todos los males a los de fuera. Las cosas no son tan sencillas.

El nacionalismo es un primo no tan lejano. “Se apodera de las identidades para construir una comunidad cerrada en lucha contra ‘los otros’”. En ese rechazo al otro, Valls, y muchos, vemos racismo.

Frente a populismos y nacionalismos reduccionistas tenemos la riqueza de una “triple identidad, navarra, española, europea”, y no hay que renunciar a ninguna, sino estar orgullosos. Y trabajar con ella, porque la solución a la mayor parte de los retos de fondo que hoy nos superan es “más, y mejor, Europa”.

Valls abogó también por una nueva política de colaboración entre los que comparten los valores más importantes, más allá de diferencias (que siempre habrá) entre izquierdas y derechas. Una colaboración entre las fuerzas que creen en el Estado de Derecho, la libertad, la democracia, frente a los autoritarismos populistas iliberales. En España eso se traduce en una colaboración real entre los constitucionalistas.

Navarra está en el umbral de un cambio. Durante muchos, muchos años ha estado en manos de partidos que hoy parecen agotados o desorientados. Durante los últimos tres ha estado en manos de una macedonia de partidos populistas y nacionalistas, supuestamente incompatibles, que se la han repartido como las piezas de un cordero, en muchos sentidos. Una tierra de contrastes que había sido líder en tantas cosas hoy está envuelta en una cruzada identitaria y perdiendo posiciones en innovación, creación de empresas o incluso fiscalidad.

Hace tres años los navarros votaron contra lo que había y se encontraron con lo que no querían. En menos de un año van a tener ocasión de volver a votar, y esta vez esperemos que puedan hacerlo a favor de algo y no sólo contra algo. Que puedan votar por partidos con las ideas claras, que piensen en ellos y no sólo en cómo conseguir un asiento de gobierno pactando lo que sea con quien haga falta.

Ciudadanos va a ser uno de esos partidos. Con una ideología liberal progresista, con una agenda de reforma institucional y regeneración democrática, con experiencia en plantar cara a los nacionalismos, con una probada capacidad de construir mayorías constitucionalistas, y con un respeto escrupuloso por la legalidad constitucional, incluidos los Fueros. Sobre todo, con ilusión y sin mochilas ni timideces.

En 2015 Ciudadanos se presentó en muy pocas localidades navarras. A pesar de graves errores propios y de campañas ajenas, rozó la representación en el Parlamento y tuvo resultados dignos en las generales. Tuvo hasta 155 votos en Alsasua.

Esta vez Ciudadanos va a presentarse en muchos más sitios y aspira a ser clave en el Parlamento Foral. Espera aportar racionalidad y devolver a los abertzales a la oposición. Pero sobre todo espera aportar mejoras a la vida de todos los navarros. Quiere convertir Navarra en una de las regiones más prósperas de Europa. Porque puede serlo.

Y espera llevar ese cambio de prioridades y de gestión a muchos ayuntamientos. Es un partido en crecimiento, y cuantos más sean, en más municipios podrá haber listas naranjas y mejores serán. Cuantos más sean, más carpas informativas se podrán hacer, y mejor se conocerán las prioridades y las propuestas. Más probable será que Navarra pueda cambiar a mejor, y que tu población pueda cambiar a mejor.

Si quieres ayudar, apoyando o liderando, o aportando opinión o montando carpas, ahora es el mejor momento posible para conseguir de verdad hacer que tu tierra mejore. Es el momento de dar un paso adelante. Como ha dicho Valls, aquí y ahora es cuando se deciden las cosas.

Miguel Cornejo, (@miguelcornejoSE) es economista y miembro de la junta directiva de Ciudadanos Navarra.

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