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No nos rendimos

Mucho, demasiado, se ha escrito y dicho sobre el 17-A, no sé por qué extraño motivo hemos cambiado de nomenclatura, y como en botica hay de todo.

Para empezar quiero resaltar mi confianza y respeto por las fuerzas de seguridad del estado y su extraordinaria labor en defensa de nuestra sociedad libre y democrática, al margen de que siempre se puede mejorar, sabemos que la seguridad total no existe. Por ello hemos de seguir sus recomendaciones en dicha materia y no desoír sus consejos en aras de dificultar las acciones terroristas, aunque estos puedan generar una pequeña repulsa, por un mal entendido sentido de la libertad, que afecte a futuras encuestas electorales.

Señalar que las redes sociales con su inmediatez obligan a los medios de comunicación a informar sin verificar y publicar noticias y opiniones, en caliente, que posteriormente han de matizarse pero que muchas personas ya no reinterpretan. Por no hablar de las polémicas sobre las imágenes y la papatanería que hay sobre algunas de ellas, ejemplo se nos bombardea con el niño refugiado ahogado e imágenes cruentas de atentados en zocos y bazares de países musulmanes o el linchamiento de Gadafi y nos ponemos deontológicos con lo que sucede aquí. En todos los casos siempre hay que evitar la morbosidad y respetar a la persona. Sin olivar las trifulcas por comentarios en la realidad virtual y paralela (cáptese la ironía). También me reafirmo en lo que escribí en “No debe haber información para los malvados” octubre 2014.

Lamentar que de hechos como este haya representantes públicos, personas y organizaciones que busquen réditos políticos o los usen de lanza para sus reivindicaciones separatistas o intereses unionistas. O que se aprovechen para salir en la foto para posteriormente ponerse de perfil como alguna formación populera ha hecho con el pacto antiyihadista..

Reseñar, también, la pobre, tardía y escasa, en algún caso posiblemente provocada por alguna carta de lectores, respuesta de la comunidad musulmana e islámica que no islamista en su condena y reprobación.

No podemos olvidar que estamos en una nueva guerra, del tipo antiterrorista ,contra la moderna Yihad con su declaración de guerra en su llamada a la Resistencia Islámica Global, en donde lo que está en solfa es nuestro modelo de estado y sociedad con su laicidad y libertad de creencias y culto, pluralidad social y política, igualdad entre hombres y mujeres, respeto a la identidad sexual,…, golpeando en nuestras “líneas débiles” (vida social, laboral y de ocio) trocándolas en actividades de riesgo, convirtiéndonos a todos en víctimas y sembrando el terror y la desconfianza, especialmente cuando los autores materiales son personas que viven “con” y entre nosotros. Lo de con lo enmarco en comillas, porque a los acogidos, (inmigrantes, refugiados, exiliados) a muchos no a todos -siempre hay honrosas excepciones-, en nuestras poblaciones se les olvida que el derecho de acogida implica el deber de integración, en gran parte provocado por el “buenismo” progresista que rezumamos y del cual nos tenemos que vacunar. Claro que cuando uno habla así en seguida los mentecatos y pazguatos de turno, adalides del postureo te tildan de retrogrado, falócrata y demás lindezas, que nada tienen que ver con la realidad.

En estos días que en pantalla tenemos “Dunkerque” la particular visión de Nolan sobre la Operación Dinamo. Debiéramos recordar nuestra, por desgracia, experiencia en este tipo de lucha antiterrorista y como la unión de las fuerzas de seguridad con la aplicación de la ley, sin prebendas ni beneficios, junto con la actitud y cooperación ciudadana y sobre todo la persecución y anulación de las vías de financiación de las células y comandos yihadistas son fundamentales. No puede ser que las ayudas sociales puedan servir para la financiación de lobos solitarios o de comandos de jóvenes manipulables. Los servicios sociales deban confrontar a quien y para que se dan las ayudas. Hay que saber que pasa en las mezquitas y en concreto en sus madrasas y si es preciso clausurarlas. Y fundamental hay que seguir el hilo del dinero y cortar las relaciones comerciales, diplomáticas y de cualquier tipo con los países facilitadores, ya sean Arabia Saudí, Catar, Irán,… que financian estas operaciones de terror, llamando a un bloqueo y aislamiento internacional real de los mismos. Los asesinos actúan porque quieren, no por la política internacional, el colonialismo, causas sociales, psicológicas y/o religiosas, por esos mismos motivos, cualquiera de nosotros podríamos iniciar nuestra particular revolución. Somos varios los millones de indignados en este país y no nos dedicamos a acuchillar o atropellar al primero que nos tropezamos en la esquina. Aunque le tengamos ganas a más de uno.

Para acabar no me gusta el lema “no tinc por”, pues el miedo hay que tenerlo pero también hay que dominarlo, por ello prefiero el “Combatiremos….,no nos rendiremos jamás“ de Churchill o el escueto castizo y republicano madrileño “No pasaran”. Aunque algún docto ignorante lo tachará de centralista, pues después de lo de Machado, Larra y demás escritores cualquier cosa puede pasar.

Jesús Bodegas, Ldo. en Biología, con experiencia en Producción y Seguridad Alimentaria

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1 Comentario

  1. Hartus

    Los políticos nos meten millones de musulmanes en España y Europa y nunca se detendrá la entrada del islam, cuando todos,repito todos sabemos que el islam y nuestra civilización son totalmente incompatibles, pero a ellos lo que les preocupa es la extrema derecha,ya sabemos porque.

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