El creador del psicoanálisis y el de «Narnia», frente a frente
Tamzin Townsend, la de la exitosa «El método Gronhölm», dirige en España la obra «La sesión final de Freud», de Mark St.Germain, que enfrenta a Helio Pedregal como el padre del psicoanálisis y a Eleazar Ortiz como el creador de «Narnia», Carl S. Lewis, en el Español desde el próximo 13 de enero.
«Esperamos que el público se emocione con este duelo de gigantes», ha deseado hoy el director de UNIR Teatro, Ignacio García Amestoy, coproductor junto al Español de la obra, que ha traducido Ignacio García May.
«Un día soñé que la universidad haría teatro y hoy es el día», ha asegurado el director del Español, Juan Carlos Pérez de la Fuente, muy satisfecho con el montaje y la interpretación de los actores.
La obra parte de una nota que Freud (1856-1939) tenía en su agenda con una cita para 20 días antes de su muerte y en la que solo había apuntado que había quedado con un catedrático de la universidad de Oxford.
«A partir de ahí comienza la fabulación. Son personajes de un contraste absoluto. Uno a punto de fallecer, otro a punto de triunfar, que sin tener nada en común lo tienen todo. El escenario es un cuadrilatero de boxeo en el que discuten, debaten y se pelean y dicen cosas muy bonitas que hacen pensar. Provoca y emociona y no es nada académica», ha asegurado Townsend.
«La sesión final de Freud» transcurre en el día en el que Inglaterra le declara la guerra a Hitler, es decir el 3 de septiembre de 1939, el mismo en el que el checo ha dado cita a Clive Staples Lewis, de 40 años, el que será conocido poco después por «Las crónicas de Narnia» o «Cartas del diablo a su sobrino».
El neurólogo, que había tenido que dejar Viena en 1938 ante el empuje nazi, había sido satirizado por Lewis en uno de sus libros y el montaje fantasea con la idea de que ese hecho estimuló su curiosidad y que la cita de su agenda fue con él.
A Pedregal, hacer esta obra, que se estrenó con gran éxito en Nueva York en 2010, le parece «un regalo de los Reyes Magos» porque supone volver al Español y hacerlo con la discusión de «dos personas absolutamente honestas con sus principios, una admirable lección para todos en un momento de cierta confusión».
La de Freud, ha dicho, no es la imagen del peleón riguroso e insistente que se mete en todos los jaleos y va contracorriente sino la de un anciano con lucidez absoluta aunque con el cuerpo muy deteriorado.
«Es la paradoja de dos personas insistiendo en buscar sentido a la vida y a las cosas en un momento de terrible confusión debido a la guerra», ha añadido.
