El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol sigue despojándose de todos sus honores, al devolver ahora la Medalla de Oro de Barcelona, mientras Convergencia (CDC), el partido que fundó y lideró durante décadas, le presiona para que comparezca en el Parlament tras su confesión de que ocultó una fortuna.
Tras renunciar el pasado 29 de julio a su condición de «Muy Honorable» y a todas las prerrogativas que le correspondían como expresidente, Pujol ha devuelto ahora la Medalla de Oro de Barcelona, que le fue concedida en 1992 por su contribución al éxito de los Juegos Olímpicos.
La Medalla de Oro de Barcelona, la mayor distinción del Ayuntamiento de Barcelona, tiene carácter vitalicio y le fue impuesta a Pujol en 1996 en un acto solemne por el entonces alcalde Pasqual Maragall (PSC), que en 2003 le relevaría al frente de la Generalitat.
En un comunicado, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que Pujol ha remitido una carta al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, fechada el pasado 31 de julio, en la que le comunica que, atendiendo a la petición del consistorio, devuelve la Medalla de Oro, que adjunta a la misiva.
Mientras Pujol se sigue despojando de todos sus honores, CDC va dando pasos para desmarcarse del expresidente catalán y, si el martes fue la portavoz del partido la que aseguró que aceptarían su baja voluntaria como militante, ayer fue el coordinador general, Josep Rull, quien aseguró que le han pedido en persona que comparezca en el Parlament.
Según ha explicado Rull, el coordinador de Régimen Interno y Comunicación de CDC, Francesc Sánchez, acudió a la residencia del exdirigente catalán en Queralbs (Girona), donde le comunicó la «necesidad» de que dé la cara ante la cámara catalana, donde la oposición en pleno ha pedido su comparecencia.
Rull ha aclarado que en la cita entre Sánchez y Pujol se trataron únicamente cuestiones políticas y no se abordó el proceso judicial en el que está inmerso la familia Pujol, que se querelló en Andorra por vulneración del secreto bancario y presentó un recurso contra la comisión rogatoria de la Audiencia Nacional sobre los fondos de la familia en el principado.
En este sentido, Rull se ha desmarcado de la estrategia de los Pujol y ha asegurado que la querella que han formalizado por vulneración del secreto bancario se sitúa en el ámbito «estrictamente privado».
En parecidos términos se ha expresado el secretario general de UDC -el partido que forma junto con CDC la federación nacionalista CiU-, Josep Maria Pelegrí, que ha considerado que esta estrategia de defensa «es una decisión personal que forma parte de la esfera privada de la familia».
Pelegrí ha afirmado que Pujol «hizo méritos» para recibir la Medella de Oro de Barcelona pero que «es lógico que la haya entregado porque es una petición que hizo el Ayuntamiento».
En cuanto a la posible comparecencia de Pujol en el Parlament, el secretario general de UDC cree que es también una decisión personal pero que «un político debe dar explicaciones», aunque ha pedido que, si llega a producirse, no se convierta en un «escarnio».
En el ámbito judicial, el catedrático de derecho penal Joan Queralt dijo que el proceso judicial sobre los Pujol se encuentra todavía «en la primera página del primer capítulo de un libro que será muy largo». Queralt apuntó que la estrategia de la defensa de los Pujol pasa por denunciar que la información bancaria sobre sus cuentas en Andorra se hizo pública de forma ilegal, para tratar de que se anule como prueba, si bien ha avisado de que este extremo sólo ocurriría si se demostrara que las autoridades españolas obtuvieron esta información de forma ilícita.
El experto prevé que la justicia andorrana acabará accediendo «sin problemas» a facilitar la información bancaria sobre los Pujol reclamada por el juez Ruz, que el 15 de septiembre citó como imputados al primogénito del expresidente catalán, Jordi Pujol Ferrusola, y a su esposa Mercè Gironés.
Además, señaló que las dos causas abiertas sobre los Pujol, la de la Audiencia Nacional y la que instruye el juzgado de instrucción 31 de Barcelona, a raíz de la querella interpuesta por el sindicato Manos Limpias tras la confesión de Jordi Pujol, pueden seguir su proceso de forma paralela, ya que se trata, al menos por ahora, de procesos distintos.
Por su parte, el vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, ha afirmado que en estas cuestiones «lo importante es que brille la verdad y la claridad». En la misma línea, el portavoz de Ciutadans (C’s), Matías Alonso, aseguró que, tras la querella de la familia Pujol, «hay algo que quieren ocultar» y rechazó que exista un «interés político» que busque erosionar la figura del ex presidente de la Generalitat o el «desafío separatista».
