Últimas noticias

Un rejón para Urtasun

El ministerio de Cultura ha abierto una «consulta ciudadana», perfectamente oculta se su página web, porque dice que «se considera que la realidad social y cultural aconseja una nueva revisión de esta Orden, suprimiendo el Premio Nacional de Tauromaquia”. A lo mejor el ministro de la cosa, al que ya llaman “Ultrasun”, en lugar de Urtasun, intenta, una de dos, que la participación ciudadana le dé la razón a propósito del general y mayoritario apoyo de la sociedad española a su ocurrencia; o bien, más factible, a escudarse, para envainársela, en que lo que para lo que existe mayoritario rechazo es para que se suprimir el Premio Nacional a la tauromaquia, reconocida desde 2013 como patrimonio cultural de España.

A mí estos intensos ofendiditos de toda la vida, empeñados en que todos tengamos que vivir como ellos piensan; en que lo que no es obligatorio esté prohibido; en gobernar desde el forro de sus tegumentos, sin mirar otra cosa que sus propias, pequeñas, pusilánimes, limitadas convicciones (olvidándose además que lo hacen como parte de una cuota debida a su ideología por el trapense contemplativo que ejerce de Abad del Monasterio de la Santa Felonia), me cansan, me aburren y –de cansancio y aburrimiento- me cabrean.

Aquí el tal Ernesto Urtasun sintió desde niño –con quince años- la llamada de la política. A lo mejor porque sus padres eran del PSUC, por más que hubieran estado comiendo de la pensión vitalicia que, con la Medalla de Sufrimientos por la Patria, recibió su abuelo, Jesús Urtasun Sarasíbar, destacado falangista navarro, nacido en Estella, y combatiente por el bando nacional en la Guerra civil española, en la que resultó herido en 1937, de manos de Franco; cosa que este escribidor reseña por puro respeto a la Memoria Demográfica, por supuesto.

Luego, sí, sin abandonar el activismo, hizo Económicas y aprobó unas oposiciones a una carrera diplomática (que en cuanto a la diplomacia parece haber olvidado), que tampoco le llevó mucho más allá del cargo de consejero diplomático del secretario general de la Unión para el Mediterráneo.

Se desconocen su capacitación, conocimientos y habilidades para el cargo de Ministro de Cultura. Se constata que pocos pero, ay, amigo, a alguno había que poner, en su doble versión de catalán y miembro de Sumar, para que Pedro Sánchez siguiera en el machito.

Total, que dice que somete a consulta popular su (personalísima) decisión de cargarse el Premio Nacional a la Tauromaquia, que se creó en 2011 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, siendo ministro Cesar Antonio Molina (con credenciales culturales que hacen palidecer las nulas del actual ministro) y se entregó por primera vez en 2013 al torero Paco Ojeda.

Su usted, como yo, como tanto, es aficionado a la tauromaquia, aquí les dejo el texto que he preparado para hacer mi propia (y personal) contribución a corregir del dislate del ministro, porque para eso estamos. Los que queráis, podéis remitir contribuciones, con un simple copia y pega (no hace falta mención del autor, entiendo que lo hacéis vuestro) a la siguiente dirección de correo electrónico: consulta.publica.ordenministerial@cultura.gob.es

La tauromaquia ha sido considerada como una forma de arte en España desde hace siglos. Históricamente, ha evolucionado desde rituales antiguos que involucraban animales en ofrendas a los dioses hasta llegar a ser reconocida como un arte profundamente arraigado en la cultura y tradición española. Desde un punto de vista legal, la tauromaquia está protegida como parte del patrimonio cultural de España. Esta protección fue formalizada en 2013 (BOE-A-2013-11837 Ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural.), cuando el Congreso de los Diputados aprobó una ley que proclama la tauromaquia como patrimonio cultural del país, lo que también implica un compromiso por parte del Estado para garantizar su conservación y promoción.

El arte de la tauromaquia incluye no solo las corridas de toros, sino también todas las actividades relacionadas, como la cría de los toros de lidia, las técnicas de toreo, y la producción de vestimentas y otros elementos culturales asociados. Además, su influencia se extiende a otras formas de arte, como la literatura, pintura y escultura, siendo reflejada y celebrada en obras de artistas renombrados como Francisco de Goya y Pablo Picasso​.

La retirada del Premio Nacional a la Tauromaquia supone un atentado contra la Constitución Española, que establece (Título I, Capítulo Segundo. Sección 2ª, artículo 46) un marco, competencia directamente de ese Ministerio, para la protección de la cultura y el patrimonio en general, lo cual puede incluir prácticas como la tauromaquia bajo el amparo de las leyes específicas que reconocen su valor cultural. Y recuerdo al señor ministro la coda final de dicho artículo: “La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio”. Que luego hay mucha gente que se va corriendo a los tribunales.

Antonio Imízcoz, periodista

About The Author

Otras noticias publicadas

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies