El 12 de noviembre la Iglesia celebra la fiesta de los santos Josafat Kuncewicz, obispo y mártir, y Diego, laico franciscano
En el siglo XVII, Josafat, obispo de Polotsk, Rutenia, región gobernada por el Rey de Polonia, dedicó su vida a buscar la unificación de la Iglesia Greco-Ortodoxa con la Iglesia Latina. Apoyó a la «Iglesia Uniata», pero los ortodoxos lo consideraron una traición y por ello fue martirizado en 1623.
Nace en Alcalá del Puerto, España, alrededor del 1400. Entra entre los Franciscanos. No es sacerdote, sin embargo es enviado a enraizar el cristianismo en las Canarias. En Roma, durante la peste del 1450, mientras la Curia huye, él permanece para asistir a sus hermanos.