Manolo Royo
Es normal que volvamos a hablar de “guerra fría”, a los precios que se ha puesto el gas…
Estoy completamente de acuerdo en poner en donde sea menester la bandera del orgullo gay ahora. ¡Pero hombre, colocarla justo días antes de recibir a los jefes de estado de la OTAN era como juntar churras con merinas!
Vemos, desarmados, parcialmente armados o aún por armar, que los miembros de la OTAN no guardan la paridad en ningún caso, cosa de la que no se han pronunciado los que suelen hacerlo por no dar la NATO, digo la nota. Aunque luego se niegan a pagar la cuota por pertenecer de pleno derecho a dicha organización. ¿Cómo puede negarse un ministro puesto a dedo por compromiso a pagar dicha cuota? A ver si se creen que están ahí por méritos propios y se van a liar a cerrar las cuatro fábricas de armamento.
No seré yo quien critique a la señora ministra de la igualdad por haberse ido en Falcon a Estados Unidos. Por mi como si la lleva Jesús Calleja en su helicóptero. Lo que me extraña es que en Nueva York no haya un Delegado o Delegada del Gobierno. Sé que habrá un embajador pero eso es como más monárquico.
Creo que el Falcon debería de haberlo cogido la señora ministra para ir a Mallorca cuando desde allí ocultaron la prostitución de las menores tuteladas.
La verdad es que en la comida que se les dio a los miembros de la OTAN en el Museo del Prado nadie comentó, porque a estos no los invitaron, de que la gran mayoría de los cuadros expuestos son de autores masculinos, cosa que al parecer solo se dio cuenta Boris Johnson que andaba por el Museo en busca de algún cuadro de Gibraltar para reclamarlo.
En otro orden de cosas, darle la enhorabuena a los jugadores de waterpolo por su nuevo campeonato del mundo y a Carlos Sainz que empieza a hacer su historia en la Formula Uno y a que suene el himno nacional en lugares tan queridos como la Gran Bretaña.
Y… ¡VIVA SAN FERMÍN!
