Emilio Garrido Landívar
No queremos hombres cibernéticos (ciborgs), en el sentido más puro que describe la Inteligencia Artificial (IA), queremos hombres que quieran ser dueños de sus vidas; sí, autodependientes, que sean maduros, con juicio propio y crítico… ¡Nunca más los hemos necesitado tanto como ahora! Faltan líderes, y escasean porque falta madurez, criterio, compromiso, ética, y por qué no y, una espiritualidad que nos haga un poco más trascendentes… ¡Hemos perdido lo transcendente, y estamos abocados a un piélago cenagoso, donde todo el mundo duda de todo, donde no hay barrera que no se salte, donde somos tan egoístas y al mismo tiempo tan pobres humanamente hablando, que nos creemos dioses, y un virus nos ha demostrado que “no somos nada”, “casi nada”, por muchos años de más, que la ciencia nos consiga… “Se pagan grandes sumas por la invernación, esperando una resucitación, que llegará y entonces habrá un hombre nuevo, pero si ese hombre nuevo no es maduro, hasta la invernación será una quimera, una falta de seguridad, falta de aceptación de lo efímero de la vida…La ciencia ha de ayudarnos a ser más humanos.
Ya no nos basta el humanismo, se ha quedado rancio, obsoleto, por mucho que el humanismo tenga la fe en el hombre, que es capaz de cambiar el mundo, gracias a su inteligencia, y por eso su búsqueda continua del conocimiento y de la sabiduría, pero ahora necesitamos -tal como avanza la ciencia de la I. A-, otro concepto más profundo, necesitamos imbricar la ciencia con los nuevos avances de “otro humanismo”, de una nueva valoración de la vida, de la existencia humana, una vida “trans-humana”.
Cómo vamos a estar en contra de los grandes avances, que muchas veces nos dan pavor, pues lo tecnológico avanza sin límites, ante el cual hemos de adaptarnos como hemos hecho siempre, pero cuanto más libre de pensamiento es el hombre, y más maduro, mejor dominará la tecnología, que cada día está más cerca de nosotros, y casi está en los límites de superar las capacidades humanas normales… Llegando a vivir más de 120 años, controlando las enfermedades infeccionas y el cáncer, por citar los dos infortunios más presentes y más dañinos en nuestra sociedad.
Pero si el hombre -humanista o transhumano- está maduro en su metaverso, será capaz de asimilar, enjuiciar, analizar, criticar y prevenir todo lo que se nos viene…Ya disponemos de mucha tecnología y buena, que se basa en la comunicación entre máquinas y cerebro: Implantes cocleares, retinas artificiales, exoesqueletos, brazos biónicos…Avances impresionantes, que ya los tenemos en nuestros organismos, nuevos avatares humanos, donde los ciegos ven, los sordos oyen, los paralíticos caminan… La ciencia de la Inteligencia artificial es capaz de cambiar la huella digital cerebral y reprogramarla haciendo un hombre nuevo, porque nuestro hatware, nos viene dado por nuestra genética, pero nuestro software es nuestra epigenética, por eso en muchos casos es un malware, pero podemos modificar, hackear nuestro cerebro para formar un nuevo hatware, que es el que nosotros modificamos con la reprogramación y la inteligencia artificial, reseteando de forma sistemática ese malware y reprogramando un mayor nivel de maduración y crítica. Estos avances nos hará mejorar mental y cognitivamente la especie humana: Interfaces cerebro-computadora, que nos permitirá escribir con el pensamiento, conectarnos a internet directamente…¡Esto va a cambiar la especie humana! (Prf. R.Yuste) Pero, volvamos al mismo punto de partida: Hemos de madurar, ser críticos, trascendentes, lectores infatigables para poder entender, que debemos reprogramar nuestro cerebro sistemáticamente -para madurar y seguir avanzando-, hackear, reseter, para que nuestra huella digital cerebral cambie, y eso ya está con nosotros, pero hay que hacerlo y hay querer, querer.
Dr. Emilio Garrido Landívar, Psicólogo clínico y doctor de la Salud, Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (CEU)
