Fernando Labrador
Las soluciones de inteligencia artificial para la asistencia auxiliar a médicos que desarrolla la multinacional japonesa Fujitsu en su laboratorio europeo de Londres rondan el 95 % de aciertos en el diagnóstico en los casos con más prevalencia y menos complejidad que han sido analizados.
Desde hace 4 años colabora con Fujitsu un hospital público madrileño, el Clínico San Carlos, cuyo director de innovación, Julio Mayol, ha presentado las conclusiones de la primera fase de las investigaciones esta semana en Londres, durante el encuentro Fujitsu World Tour en el que han participado varios miles de empleados y socios.
Mayol ha explicado a Efe en Londres que las investigaciones comenzaron en el área de salud mental y además de alcanzar el 95 % de aciertos en diagnósticos tienen en torno al 85 % de aciertos en los casos de riesgo de suicidio y en las advertencias por abuso de fármacos.
La colaboración estratégica entre el Clínico San Carlos y Fujitsu desde 2015 se basa en la «cocreación» de soluciones de inteligencia artificial, al aunar el conocimiento técnico -en este caso sanitario- con el conocimiento tecnológico que aporta la firma japonesa.
En la conferencia de apertura del Fujitsu World Tour 2019, el director global de los laboratorios de Fujitsu, Hirotaka Hara, recordó que la empresa japonesa acuñó en 1976 como lema «confiabilidad y creatividad», pero el año pasado lo renovó a «confianza digital y cocreación».
En este sentido, expuso que, junto a la generación de confianza en la inteligencia artificial, la cocreación junto a socios que aporten el conocimiento técnico es el principal foco de interés para los laboratorios de Fujitsu.
Mayol ha indicado que en la primera fase de colaboración se han sentado juntos los médicos del hospital madrileño y los matemáticos e ingenieros de Fujitsu para hacer pruebas de concepto y «cocrear las soluciones» que faciliten a los galenos las propuestas de diagnóstico y el porcentaje de probabilidad asociado a cada una, siempre como apoyo al profesional, que tomará las decisiones junto al paciente.
«El ‘big data’ es la gasolina que ayuda a los algoritmos», resume Mayol, y señala que las aplicaciones que prepara Fujitsu no tienen nada que ver con el historial clínico electrónico, algo que sí se usa desde hace años en muchos sistemas sanitarios.
Las respuestas de los algoritmos son comparadas con posterioridad a los casos reales estudiados por médicos y se ha comprobado el 95 % de coincidencia, por lo que su uso puede tener incidencia en los casos menos complejos y con más prevalencia (musculoesqueléticos, mentales y cardiovasculares, sobre todo), que son precisamente los que consumen más recursos del sistema sanitario.
El «ahorro de tiempo» para los médicos será la principal función del uso de los auxiliares artificiales, como ha explicado en un encuentro con periodistas en Londres Adel Rouz, director del laboratorio europeo de Fujitsu, con sede en la capital británica.
«El tiempo es precioso, un médico no puede perderlo mirando pantallas para comparar datos», ha indicado Rouz, quien cree que la confianza en las soluciones de inteligencia artificial crecerá con el uso, al igual que quien monta por primera vez en un vehículo de conducción autónoma no se fía del todo, pero cuando repite lo hace con más tranquilidad.
Junto a Rouz y Mayol ha participado en el encuentro con periodistas Mariarosaria Taddeo, filósofa de la Universidad de Oxford y vicedirectora de su departamento de ética digital, quien cree que la confianza supone un análisis de los riesgos y crece mutuamente en la «cocreación» entre quienes tienen el conocimiento en la materia y la empresa que ofrece el entendimiento tecnológico.
«Si quieres estar en el negocio lo máximo posible tienes que comportarte de una manera ética y las empresas que desarrollan inteligencia artificial lo saben», ha añadido Taddeo.
En el evento celebrado por Fujitsu en Londres han participado investigadores españoles de la empresa que participan en proyectos de inteligencia artificial de otros sectores, como Beatriz San Miguel, quien ha participado en el desarrollo de un programa de «accountability» (rendición de cuentas) para que las aseguradoras conozcan las causas de los siniestros.
La aplicación estudia los campos de visión que tenía cada vehículo autónomo en un accidente múltiple para entender por qué tomaron cada decisión de sus movimientos, ya que, como recuerda San Miguel, la rendición de cuentas es un requisito exigido por la Unión Europea en sus guías sobre ética en la inteligencia artificial.
Manuel Peña, otro investigador de Fujitsu de su centro de Pozuelo de Alarcón, ha presentado esta semana en Londres los avances de una aplicación de inteligencia artificial para detectar el blanqueo de capitales, en la que colabora con el Sepblac, el organismo estatal español de inteligencia financiera contra la evasión fiscal, y con el FCA, un organismo similar del regulador bancario británico.
Los algoritmos cocreados detectan cuándo una transacción monetaria deriva de un blanqueo de capitales (con un porcentaje de probabilidad, para cribar las investigaciones) gracias a la comparación con otros patrones delictivos y al estudio de todas las relaciones establecidas por un contribuyente al que se analiza, para detectar posibles testaferros.
Fujitsu inaugurará la próxima semana la ampliación de su sede de Sevilla y tiene en España 1.800 empleados, en áreas diversas, como la gestión de cajeros automáticos, la grabación de juicios o los centros de datos sanitarios, además de la investigación en inteligencia artificial. EFE
