Leire Arbea (primera por la derecha), junto al equipo que conforma el proyecto de Identidad Médica.
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La Dra. Leire Arbea, profesora de la Facultad de Medicina y oncóloga de la Clínica Universidad de Navarra, recibió ayer en Madrid el Premio a la Mejor Práctica Docente 2018
El galardón, otorgado por la Cátedra de Educación Médica de la Fundación Lilly-Universidad Complutense de Madrid, reconoce de forma pública los méritos de las mejores prácticas empleadas en la formación de los futuros médicos y cuyas candidaturas son presentadas por los propios estudiantes.
La profesora pamplonesa asegura que “este premio potencia el avance de la educación médica en nuestro país con buenos proyectos docentes, innovadores y eficaces, al tiempo que reconoce el trabajo de varios años y de muchos compañeros que hemos diseñado diferentes talleres”. Asimismo, señala que la satisfacción es doble, por ser un reconocimiento concedido por los alumnos, “ya que son ellos los protagonistas del aprendizaje y sentir que nuestra labor les ‘toca’ es un impulso para seguir por este camino”.
Uno de los últimos proyectos liderados por la Dra. Leire Arbea reproduce una planta de hospitalización con pacientes simulados y escenarios muy pensados y dirigidos a provocar una reflexión de la importancia del compromiso con el paciente. Estos talleres son parte del proyecto de Identidad Médica, que se enmarca en las nuevas metodologías docentes que promueve la Universidad dentro del Plan Estratégico Horizonte 2020. Su objetivo es proporcionar a los alumnos de Medicina herramientas personales para desarrollar de manera sólida y reflexiva una identidad profesional humana.
La profesora Arbea explica que “el proyecto recorre a lo largo de 4º, 5º y 6º aspectos esenciales como compasión y empatía, comunicación, integridad, competencia profesional, trabajo en equipo y compromiso con el paciente en un escenario en el que un buen trabajo interprofesional es esencial”. De ahí que se haya llevado a cabo en una planta de hospitalización de la Clínica Universidad de Navarra y haya contado con la colaboración de médicos y personal de enfermería especializado.
Este enfoque interdisciplinar en la atención al paciente aporta valor y conocimientos, lo que evita perder información importante, permite a los profesionales ser más flexibles y les ayuda a resolver problemas complejos. “Trabajar en un escenario real, en equipo y a partir de situaciones del día a día de nuestra profesión es clave para que los alumnos aprendan y ejerciten los aspectos esenciales que definirán su futura identidad como profesionales de la salud”.
