Desde hace ya unos cuantos años las editoriales españolas dedicadas a la edición de libros de texto, se las ven y se las desean para atender las diferentes demandas de las 17 Comunidades Autónomas españolas en las que está dividido este país.
Cada Comunidad Autónoma quiere su geografía y su propia historia. No dudan en exigir a las editoriales un tratamiento especifico en sus libros de texto.
No es de extrañar la denuncia que algunos partidos políticos están llevando a cabo sobre ello.
A los escolares se les enseña una realidad sesgada, a gusto del gobierno local de turno; con ello es más fácil influir, mediatizar, adoctrinar a los jóvenes españoles. A lo largo de estos años nadie, o casi nadie, ha hecho nada al respecto.
Que iniciativas tendentes a denunciar estos hechos sean rechazadas en el Congreso, no debería asombrar a nadie.
Los gobiernos de turno que hemos tenido han dependido muchas veces de los nacionalismos, de quienes adoctrinan y manipulan. Así nos va.