El independentismo afronta estos días un intenso debate interno sobre sus próximos pasos, con al menos dos alternativas sobre la mesa que van cobrando fuerza: aprobar una declaración de independencia en el Parlament que derive en elecciones o proclamar ya una «república» catalana con un marco legal propio.
El matiz puede parecer sutil, pero en las filas de los partidos independentistas en el Parlament, según las diversas fuentes soberanistas consultadas por Efe, la diferencia es considerable, ya que ambos escenarios difieren en cuándo entraría en vigor el marco legal previsto en la ley de transitoriedad jurídica, aprobada por la Cámara catalana y suspendida por el Tribunal Constitucional (TC).
De entrada, la Mesa y la Junta de Portavoces del Parlament celebrarán mañana miércoles una reunión en la que Junts pel Sí (JxSí) y la CUP propondrán un pleno específico, que podría celebrarse este fin de semana, para debatir los efectos de la jornada del 1-O, el referéndum suspendido por el TC.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, dio por buena la votación del pasado domingo como el «referéndum vinculante» que quería celebrar y se comprometió a trasladar al Parlament los resultados -el Govern anunció la victoria del ‘sí’ a la independencia con un 90% de los votos- en los próximos días.
Según las diferentes fuentes consultadas, todas las formaciones independentistas, desde los que forman JxSí -PDeCAT, ERC, Demòcrates y MES- hasta la CUP, son partidarios de aprobar una declaración de independencia, pero el debate se centra en el calado que debe tener esa declaración.
Una de las posibilidades que están encima de la mesa es que esa proclamación de la independencia sea «más declarativa que ejecutiva», con la perspectiva de iniciar un proceso constituyente de la ‘república catalana’ y celebrar nuevas elecciones para avalar la declaración y elegir el Parlament que debería redactar una ‘constitución’, aunque hasta esa cita electoral no entraría en vigor la legalidad que prevé la ley de transitoriedad.
La otra gran opción es que el pleno del Parlament apruebe una declaración que proclame la independencia y acuerde empezar a aplicar ya la ley de transitoriedad jurídica, cuyo artículo 1 establece que «Cataluña se constituye en una república de derecho, democrática y social».
En el PDeCAT hay debate sobre cuál de los dos escenarios es el preferible, mientras que ERC se inclina por el segundo, como la CUP.
Las fuentes consultadas son conscientes de que ambas alternativas desencadenarían una reacción inmediata del Estado, aunque el segundo escenario se entiende que sería respondido con mayor contundencia.
Ayer se reunió el comité nacional del PDeCAT para analizar escenarios, un encuentro de más de tres horas en el que Puigdemont escuchó las opiniones de sus compañeros de partido.
A nadie se le escapa la trascendencia del momento ni las consecuencias de llevar adelante la hoja de ruta prevista hacia la independencia, e incluso el expresidente de la Generalitat Artur Mas se encargó de recordar que el Estado puede responder con mucha virulencia ante los próximos pasos.
Hay otro escenario que, de momento, queda lejos, pero que podría abrirse en caso de que surgiese una figura mediadora aceptada por el Gobierno y por el Ejecutivo que preside Puigdemont, que ayer pidió precisamente una mediación internacional.
Sin mediación ni gestos que rebajen la tensión de los últimos días, que no ha parado de ir a más, las fuentes consultadas ven posible que la declaración de independencia del Parlament sea respondida por el Estado con la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía y la posible detención de miembros del Govern, lo que podría agravar aún más el choque entre instituciones y abriría la puerta a nuevas movilizaciones en la calle. EFE
