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Mntiene sus tipos de interés al mínimo y rebaja sus previsiones de crecimiento
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, alertó hoy de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) ya está afectando a la economía británica y ha frenado posibles inversiones en el país.
La incertidumbre sobre la futura relación entre Londres y el resto de socios europeos «está pesando sobre las decisiones de las empresas y hogares, y frena tanto la oferta como la demanda», señaló Carney.
Mantiene el tipo de interés en el mínimo histórico
La autoridad monetaria pronostica que «el crecimiento del PIB seguirá siendo lento en el corto plazo, ya que la presión sobre los ingresos reales de los hogares sigue pesando sobre el consumo». No obstante, la expansión prevista se mantiene levemente por encima de la potencial ante la caída de ésta. La inflación, por su parte, se elevó del 2,3% en marzo hasta el 2,6% en junio, «como se esperaba», añade el Banco de Inglaterra
Rebaja la previsión de crecimiento
Al mismo tiempo que publicaba su decisión, el organismo británico también anunció una rebaja en sus expectativas de crecimiento para los dos próximos años que pasan de ser del 1,9% al 1,7% en 2017 y del 1,7% al 1,6% en 2018.
Una confirmación más de la noticia que en los últimos días apuntaba a que el ritmo de crecimiento de los países de la eurozona en el segundo cuarto del año duplicaba al de Reino Unido, según datos publicados por Eurostat y la Agencia Nacional de Estadística británica.
Esto también ha conducido a que las expectativas con respecto a la inflación se hayan visto aumentadas para este tercer y último cuatrimestre del año, pasando del 2,6% al 2,7%, lo que afectará negativamente a los salarios. A pesar de que la media de crecimiento de los ingresos prevista en mayo se vaya a cumplir, un 2%, no pasará lo mismo con 2018, cuando el aumento bajará del 3,5% al 3%, ni con 2019, con un descenso del 3,75% al 3,25%.
Esta situación de aumento de los precios, y de debilitamiento de la libra esterlina, viene arrastrada desde la votación de junio de 2016 en la que se decidió el abandono de la Unión Europea y por la cual el coste de las importaciones en Reino Unido no ha parado de crecer. Una decisión que según ha advertido el organismo bancario británico seguirá teniendo repercusiones durante los próximos años en la divisa y en la inflación.
Las independencias, o mejor dicho, las rupturas políticas, económicas (y también las matrimoniales) no son, en principio, ni buenas ni malas pero siempre tienen unas consecuencias ,que, en general, son adversas para las partes. Es lo que le está ocurriendo al Reino Unido a quien, a juzgar por las noticias que se reciben, no les está yendo muy bien. Un mal precedente para los independentistas catalanes quienes con una economía mucho menos potente que la británica pretenden sacar a flote un proyecto de «país» que, además, quedaría fuera de la UE. En fin, esperemos que los catalanes hagan uso del sentido común y se den cuenta a tiempo de que un país es mucho más que un club (de fútbol)