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Tudela se ha echado a la calle para celebrar el día grande de las fiestas de Tudela, el día de su patrona Santa Ana. El momento más esperado por muchos, la procesión desde la catedral que ha recorrido las calles del casco histórico de la ciudad, donde hacía sus tradicionales ‘paradicas’ para recibir los canticos, jotas y vivas en su honor, así como uno de los instantes más especiales, como es el encuentro con Santa Ana la Vieja en la iglesia de la Magdalena.
Organizada por los integrantes de la peña La Teba, que colocados detrás del vallado amarillo que se instala para la ocasión, recogieron las flores que mayores y pequeños ofrecieron a la patrona de Tudela y fueron colocándolas en el soporte piramidal en cuya cúspide se encuentra la imagen de la santa.
La ofrenda floral que desde hace 7 años vuelve a celebrarse al aire libre, como propuso la Congregación de Santa Ana a la peña La Teba, ha recuperado la tradición tal y como se hacía antes de 1969. Así se ha potenciado tanto la vistosidad de la llegada de los niños con flores a la plaza Vieja como la imagen final de la patrona cubierta con un manto de flores como ofrenda de todos sus paisanos.
Los niños han vuelto a ser los verdaderos protagonistas de este acto, principalmente los bebés que no pueden dejar de contemplar cómo sus padres ofrecen a la patrona de Tudela unos ramos que en unos años llevarán por sí solos.
La nota negativa la puso el descontento de algunos participantes que se quejaban de que la corporación municipal se adelantó mucho este año en vez de ir cerrando la procesión.
Origen
En el año 1530, los pueblos de la merindad fueron asolados por la peste, la gente en su desesperación acudió a Santa Ana. Se llevó a cabo una misa llamada de “Salud” y se hicieron votos a la Santa prometiéndole celebrar perpetuamente su fiesta y sacarla en procesión si libraba de esta terrible enfermedad a su ciudad.
Posteriormente, en el año 1531, el ayuntamiento envió una carta al Virrey, en ella se reconocía a Santa Ana como patrona de Tudela en sustitución de San Pedro Ad-Vincula, esto en agradecimiento a la Santa por haber librado de la peste a la ciudad. Fue en el año 1727 que el ayuntamiento decidió que no salgan más imágenes en procesión, sólo la de la Santa. Desde 1817 hasta 1863 fueron los franciscanos los encargados de llevar en hombros la imagen hasta que se acordó que sean los seglares vestidos con túnicas los que lleven la imagen en procesión. Esta costumbre se mantiene vigente actualmente.
