EFE
El adarve de la muralla de Ávila se ha transformado este fin de semana en un escenario teatral privilegiado, para mostrar a abulenses y visitantes durante los fines de semana veraniegos aspectos de la historia del monumento y de la ciudad de una manera diferente, lúdica y amena.
Se trata de las «Visitas Teatralizadas» al principal monumento de la ciudad, que desde 1999 acoge esta peculiar forma de unificar historia y patrimonio, a partir de la actuación de cuatro actores del grupo «Jufran», junto a la guía, Blanca Solana.
El recorrido arranca en el interior de la Casa de las Carnicerías, uno de los principales accesos al adarve, donde se encuentra una gran maqueta de la muralla que sirve a Solana para ofrecer al público algunos de los principales detalles de este monumento de 2.516 metros de perímetro, 87 torreones y 9 puertas.
En ese punto, los actores ataviados como el público que asiste a la representación, interrumpen a la guía para quejarse de que la visita no responde a lo que esperaban y deciden colaborar en el desarrollo del recorrido, disfrazándose con trajes de otra época para realizar un repaso por la historia de la ciudad.
En este caso, «Jufran» interactúa con el público y echa mano del sentido del humor para contar de forma amena algunas historias y leyendas de Ávila que no siempre son conocidas por los propios abulenses.
Este año, las «Visitas Teatralizadas» incluyen una referencia al pintor italiano Guido Caprotti (Monza (1887)-Vizcaya (1966)), de cuya llegada a Ávila de forma casual como consecuencia de una nevada, se cumple este año el primer centenario.
Este es uno de los asuntos abordados durante el trayecto por el adarve de la muralla, aunque el inicio junto al cimorro de la catedral, que forma parte del recinto fortificado de la muralla, está reservado a la muralla, a la ciudad de «cantos y santos», al origen de la ciudad y a otros centenarios como el cervantino.
Tras repasar estos aspectos que hacen referencia a las tribus celtas, a la reconquista y a otros asuntos relacionados con la historia de Ávila, los actores se trasladan a otra zona del adarve mientras el sol se oculta para dejar estampas llenas de belleza y colorido para los visitantes desde una altura de 12 metros.
En este trayecto por las alturas se habla de los castros celtas y de los rituales de incineración de los muertos, se invita al público a plasmar en un papel sus habilidades artísticas o se recuerda una de las leyendas más conocidas, la de «Manqueospese», en torno al amor imposible entre Alvar Dávila y Guiomar de Zúñiga.
Y todo ello, con uno de los personajes haciendo el papel de «muralla» e interactuando con el público y con los diferentes personajes que aparecen durante un recorrido que concluye nuevamente cerca de la catedral.
«No hay castillo en Castilla más fuerte que tu muralla», señalan los actores antes de despedirse entre aplausos diciendo: «Ávila duerme. Dejadla». EFE
