Vox apareció a principios de año de la mano de dos antiguos miembros del PP, Santiago Abascal y José Antonio Ortega Lara (secuestrado por ETA entre 1996 y 1997), y de otras personas vinculadas a la denominada ‘ala dura’ popular, descontentos con la política antiterrorista y territorial del Gobierno de Mariano Rajoy. Sus militantes eligieron en marzo a Alejo Vidal-Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo y que también había abandonado el PP, como cabeza de lista de Vox para los comicios del 25 de mayo.
Su propuesta estrella plantea sustituir el Estado de las Autonomías por uno unitario, con un único parlamento y un solo Gobierno, que tenga separación de poderes «real» con el Tribunal Supremo como institución judicial más alta. Como pasos intermedios propone recentralizar competencias como Sanidad o Educación. También quiere reducir el tamaño de la Administración y acabar con las subvenciones a partidos y sindicatos, entre otros. Desde Vox piden obligar a los partidos a democratizarse y exigen la derrota de ETA sin negociación y luchar contra los separatismos.
Ha conseguido casi 750.000 euros para financiarse en los primeros meses de vida. Aproximadamente 150.000 euros serán destinados a los actos de su extensa campaña, que comenzaron en Vitoria y terminarán con tres mítines en Bilbao, Barcelona y Madrid. Sus representantes aseguran que son «la única opción de centro derecha». Según algunos sondeos, Vox podría estar al borde de conseguir un escaño, esto es, unos 250.000 votos.
