Sobredosis hormonal y más de un desmayo es lo que ha provocado Justin Bieber en el Palau Sant Jordi de Barcelona, donde este martes ha ofrecido un espectáculo rebosante de pirotecnia visual y coreografías bailadas con mucho estilo por este semidios del ‘star system’ juvenil con cara de bueno y pose de malo.
El concierto ha sido la primera parada española de la gira «Purpuse World Tour» y ha reunido a unas 18.000 personas, la mayoría adolescentes de sexo femenino, que deben haber salido agotadas de tanto gritar y de los nervios que han pasado.