Nieves Ciprés
El gobierno de UPN, en Navarra, al albur del Bildu electoral está.
Habemus ayuntamientos y Parlamento de Navarra, 20 días después de las elecciones municipales autonómicas y forales del 28 de mayo. Elecciones que han marcado un antes y un después.
He aquí que, gracias a la debacle electoral de PSOE y Podemos, en Navarra, UPN, la lista más votada, gobernará en el Ayuntamiento de Pamplona o Estella, por ejemplo.
¿Buena noticia? Bueno, es lo que toca –debería tocar- en democracia.
Pero, señores, no ha sido con la abstención de los socialistas, sino con voto en blanco en Pamplona y a sí mismo en Estella. Votos, que se me antojan, preocupantes e intencionados. Cogidos con pinzas y obligados. En 2019 UPN, como lista más votada en Pamplona, consiguió mantener el gobierno los 4 años, pero en Estella los socialistas, una vez conformado el gobierno, se lo quitaron para entregárselo a Bildu.
Y es que, ahora, las elecciones y estrategia para el 23 de julio mandan a los socialistas de Navarra esperar y, de momento, no entregar la alcaldía a Bildu como pretendían para, luego, reeditar ese gobierno navarro de socialistas, nacionalistas, comunistas y Bildu. Que el PSN llama progresista.
Vamos, que los pactos de Sánchez y Chivite con Bildu barruntan más debacle que en mayo.
Sea como fuere, para muestra un botón. La inestabilidad está ahí.
El parlamento navarro se conformó ayer. Los socialistas han otorgado la presidencia a Geroa Bai. Para, como dijo Chivite, avanzar y reeditar ese gobierno progresista. Para lo cual, Chivite puede: conformar gobierno con Bildu de nuevo; abstenerse para que gobierne UPN, lista más votada; o convocar elecciones. Sin trampa ni cartón.
Pero siempre pendiendo de un hilo los ayuntamientos recién conformados.
La diferencia, que la formación del Gobierno puede alargarse hasta 3 meses. Y, entre ellos, las elecciones del 23 de julio. De las que depende, claro.
Cosas veredes amigo Sancho y… dejares de entender.
Nieves Ciprés, periodista.
