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Somos complementarios, ¿Por qué separarnos?

Hoy se celebra el día por la eliminación de la violencia contra la mujer. Nombre largo donde los haya y que quiere tapar el de violencia machista, término que el feminismo progre no tolera, empeñado como está por eliminar al macho de la sociedad e instalar el género, algo neutro donde cabe todo, lo considerado normal hasta ahora y lo considerado, hasta ahora, también anormal.

Cuando uno ve este tipo de conmemoraciones se plantea el ¿Por qué?. Porqué hay que singularizar, porqué hay que hacer distinciones entre hombres y mujeres. Desde el momento en que a uno se le distingue, ya se le separa, ya, muchos, le empiezan a considerar algo diferente.

Que uno sepa, hombres y mujeres somos complementarios, no se entiende a uno sin la existencia del otro.

Por ello singularizar, no es bueno. Separa lo que debería ser junto.

Pero así es hoy el feminismo progre. El que quiere imponer un relato. Un relato basado en el odio hacia todo lo que sea hombre, hacia todo lo masculino. Sin darse cuenta de que un hombre no es nada sin una mujer. Y una mujer no es nada sin el hombre.

Hoy vivimos en un mundo donde la violencia se hace gratuita. Donde golpear, humillar y castigar al otro parece que sea la moda, parece que es lo que se lleva.

Hombres y mujeres sufren esta violencia gratuita. Mujeres y hombres mueren golpeadas, humilladas y castigadas por sus recíprocos. La mayoría mujeres y en aumento.

Las leyes no les protegen. Leyes como la llamada «contra la violencia de género» no han servido para mucho. Más que nunca se golpea, se humilla, se castiga.

Cuando sólo vale la imposición, no la educación, cuando sólo a una parte se persigue, sin darle, siquiera, oportunidad de defenderse, algo funciona mal.

Días como el de hoy, sinceramente, poco ayudan. Más bien, todo lo contrario.

Ambos, hombres y mujeres, somos complementarios, no hay porque dividirnos, separarnos.

Vaya, por descontado, mi rechazo a todo tipo de violencia que golpee, que humille y que castigue; y como no, que mate. Los asesinos sólo merecen pudrirse en la cárcel con cumplimiento íntegro de la pena.

Miguel Juániz Pedraz, escritor

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