Spencer Perceval, primer Ministro británico asesinado
- Por José V. Ciordia, historiador
Tal día como hoy un 11 de mayo de 1812 Spencer Perceval Primer Ministro de Gran Bretaña es asesinado.
El 1 de noviembre de 1762 en Londres, nació Spencer Perceval. Era hijo del segundo matrimonio de John Perceval, segundo conde de Egmont, y Catherine Compton, baronesa de Arden. En su infancia fue un niño estudioso y disciplinado que cursó sus estudios en Harrow School. Prosiguió sus estudios en el Trinity College de Cambridge, donde se convirtió en abogado. En 1790 contrajo matrimonio con Jane Wilson y fruto de esta unión nacieron 13 hijos.
La carrera política de Perceval comenzó a crecer y a ganar notoriedad. Consiguió gran popularidad cuando se encargó de la defensa de la princesa Carolina de Brunswick, esposa del futuro Jorge IV. Entonces, aún Príncipe de Gales, y que estaba humillando a su esposa. El 4 de octubre de 1809 se convirtió en Primer Ministro de Gran Bretaña. Tuvo que hacer frente a momentos políticos delicados como, por ejemplo, los indicios de pérdida de salud mental del rey Jorge III. Por este hecho, Perceval tuvo que activar los mecanismos necesarios para que el Príncipe de Gales se hiciera cargo de la regencia del reino. Debido a los problemas mentales de su padre.
El 11 de mayo de 1812 el Primer Ministro llegó a la Cámara de los Comunes. Eran las cinco y cuarto de la tarde, cuando un hombre que le aguardaba en el vestíbulo, le disparó en el pecho. Spencer Perceval, falleció pocos minutos después en una sala contigua. Su asesino, John Bellingham, esperó sentado a ser arrestado. Éste era un comerciante, que había estado encarcelado durante 4 años en Rusia. Al parecer por alguna deuda contraída. Cuando consiguió su libertad y regresó a Inglaterra, pidió en repetidas ocasiones una compensación económica al gobierno. Sus peticiones nunca fueron contestadas, por lo que decidió atentar contra el Primer Ministro. Convirtiéndose, de este modo, Perceval, en el Primer Ministro asesinado en la Historia de Gran Bretaña.
