Imagen del acto. UPN
Un año más el cementerio de San José ha acogido el acto de recuerdo al que fuera portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona, Tomas Caballero, asesinado por ETA el 6 de mayo de 1998, y en él su hijo mayor ha reivindicado el reconocimiento como la base sobre la que cimentar la convivencia
Junto a él han estado su madre y sus cuatro hermanos, además de otros familiares, así como la presidenta de Navarra, Uxue Barkos; el delegado del Gobierno, José Luis Arasti; el alcalde Pamplona, Joseba Airon; concejales de todos los partidos, diputados y senadores de Navarra Suma, y el presidente de UPN.
El homenaje ha comenzado con una ofrenda floral que el alcalde a ha hecho en nombre de toda la corporación ante la tumba de Caballero, donde las juventudes de UPN han depositado también un centro de flores.
Después el párroco de San Lorenzo, Javier Leoz, ha oficiado un responso en que ha defendido el derecho a la vida y rechazado que las ideas puedan estar por encima de la paz y la convivencia, por lo que ha calificado de «injustificables» los crímenes de ETA.
Después Javier Caballero ha recordado que su padre murió por «la libertad, la justicia y la paz», como reza su lápida, y ha pedido a la ciudad y a sus representantes políticos que correspondan a este «compromiso» con «verdad, memoria, reparación, dignidad y justicia».
«El recuerdo, el reconocimiento de quienes se han quedado en el camino es el que debe cimentar la convivencia, porque el pasado no puede volver a repetirse y nuestros hijos tienen que saber que se puede y se debe vivir en paz, respetando en todo momento los derechos humanos y la dignidad de las personas», ha dicho.
Tras agradecer a la corporación su presencia y el acompañamiento del resto de asistentes, Javier Caballero ha añadido que este acto después de 21 años «es importante como muestra de un compromiso permanente y sincero en la construcción de un futuro con valores y compromisos éticos y morales».
Ha defendido así un futuro en el que sea posible vivir fraternalmente «llamando a las cosas por su nombre, asesinos a los asesinos y víctimas inocentes que nunca debieron existir a los asesinados».
Una convivencia fraternal que para Javier Caballero «no es compatible con seguir jaleando a los asesinos, con reirse con quienes las jalean o con disculparlos, con pretender blanquear y falsear la historia, con buscar justificación, con establecer difíciles equidistancias sin llamar a la cosas por su nombre o con simples operaciones interesadas de maquillaje».
Por eso ha reclamado «un compromiso auténtico y sincero de la ciudad y sus representantes con la paz, la convivencia y la erradicación de la violencia».
«Este acto no puede ser un página en el calendario, debe poner de manifiesto el sinsentido de la barbarie y la sinrazón, el sinsentido y la auténtica aberración que significa quitar a alguien la vida en nombre de no se sabe qué derechos, pretendiendo imponer de la forma más fascista y totalitaria posible la propia ideología frente a la libertad de los demás», ha denunciado.
Y ha destacado que ETA cuando asesinó a su padre atentó «contra la mayoría de los pamploneses» a los que «quiso amedrentar y dejar sin voz».
De ahí que «hoy, cuando parece que la armas han callado», cobre a su juicio «más importancia y más sentido» este acto de recuerdo, que ha pedido también para las 26 víctimas que ETA ha dejado en Pamplona a lo largo de su «deplorable existencia». EFE
