Mariano Rajoy (i) y Javier Esparza (d) durante la reunión presupuestaria de 2016. Archivo.
El principal partido de la oposición, aquí en Navarra, sabe que tiene que “hilar muy fino” para conseguir que los votantes perdidos vuelvan a confiar en él para formar gobierno y desbancar, con ello, al nacionalismo vasco.
Unión del Pueblo Navarro sabe que un excesivo acercamiento al Gobierno de Rajoy le puede hacer perder votos, porqué aquí en Navarra, todo el mundo recuerda el no del PP a la derogación de la Transitoria Cuarta nada más llegar al gobierno; todo el mundo recuerda la traumática ruptura del pacto UPN/PP que posibilitó la aparición del PPN como fuerza política diferente aquí en Navarra.
UPN también sabe que el Partido Nacionalista Vasco está vendiendo muy caro su apoyo presupuestario y que no resultaría nada extraño que Navarra y los presos de ETA, estuvieran en la agenda de los nacionalistas vascos y estuvieran ya incorporándola en la del Gobierno de Rajoy con alguna contrapartida al respecto.
Es por ello por lo que UPN ha tenido que apretar, que no ahogar, un poco al Gobierno de Rajoy para conseguir dinero para Navarra y para hacer ver que, con los presos de ETA, de momento, se juega muy poco. Lo que parece extraño es que UPN haya dicho públicamente que no hoy «mesa a tres» para la negociación con los presos, sin la pretendida firma de Rajoy, y que a los pocos minutos saliera el PNV diciendo que no sabe nada de que no exista.
Una cosa parece clara, mientras que Navarra no pierda su independencia frente a los nacionalismos, las cosas “irán bien”; otra cosa será cuando al nacionalismo vasco se le permita obtener sus objetivos, dejando a Navarra de lado.
